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Identidad

El Bolero es inscrito como Patrimonio Cultural Inmaterial de la humanidad

La inscripción binacional de México y Cuba del Bolero en la Lista Representativa del Patrimonio Cultural Inmaterial contribuye a fortalecer su salvaguardia

Este 4 de diciembre, el Comité Intergubernamental para la Salvaguardia del Patrimonio Cultural Inmaterial de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura aprobó durante su sesión celebrada en Kasane, Botsuana, la inscripción de la práctica cultural del Bolero en la Lista Representativa del Patrimonio Cultural Inmaterial de la humanidad.

La lista tiene como objetivo garantizar que el Patrimonio Cultural Inmaterial y los elementos propuestos como representativos por los Estados Parte sean reconocidos en su relevancia, así como llevar a cabo acciones de salvaguardia en conjunto con las comunidades portadoras.

En este caso, la comunidad del Bolero, para fortalecer su composición, interpretación y la transmisión de sus conocimientos y sus prácticas identitarias.

El expediente binacional “Bolero: identidad, emoción y poesía hechas canción” fue presentado en marzo de 2022, de manera conjunta por la Secretaría de Cultura del Gobierno de México y el Ministerio de Cultura de Cuba ante la organización internacional, la cual aprobó en 2003 la Convención para la Salvaguardia del Patrimonio Cultural Inmaterial, suscrita por ambos países.

La candidatura del Bolero como PCI fue impulsada en México por el Instituto Bolero México, con el apoyo de la Secretaría de Cultura federal, a través de sus direcciones generales de Culturas Populares, Indígenas y Urbanas, así como de Asuntos Internacionales. En Cuba, por el Ministerio de Cultura.

En el proceso participaron personas portadoras de ambos países entre las que se cuentan autoras, compositoras, arreglistas, músicos, intérpretes y ejecutantes, académicas, promotoras culturales y seguidoras de esta práctica cultural.

El Bolero nació en Cuba en 1883 y se extendió por México y otros países de América Latina con sus letras líricas, de amor y desamor, así como sus cadenciosas percusiones acompañadas de guitarras, bajos, pianos, alientos y su característico requinto mexicano que, en conjunto con las voces solitarias o en grupo, lo enriqueció, tanto en su país de origen, como en las naciones que lo acogieron como propio, como es el caso de México.

El Bolero se ha transmitido de generación en generación, aglutina a sus portadores e impulsa su interacción, promueve la transmisión de saberes, desde lo instrumental y musical hasta lo lírico y dancístico.

Estas interacciones lo han convertido en una práctica cultural con un fuerte sentido de identidad colectiva en las culturas mexicana y cubana, ya que muchas personas se identifican con su práctica en el ambiente familiar y comunitario, en espacios como fiestas, serenatas, conmemoraciones incluso luctuosas, en la vida cotidiana y en las reuniones especiales para la interpretación y escucha del Bolero, llamadas bohemias en México y descargas o peñas en Cuba.

Para Cuba y México, el Bolero representa una herencia cultural que se transmite dentro de las familias y comunidades gracias a la tradición oral y por imitación, razón por la que hoy en día es una práctica cultural viva que sigue desarrollando nuevas composiciones e interpretaciones en escenarios tanto urbanos como rurales, constituyendo una fuente de inspiración en varios momentos de la vida de sus seguidores y portadores.

El prestigio que ha alcanzado y su apropiación por diferentes sectores de la población han propiciado su expansión en América Latina y otros países de habla hispana, y en otros continentes como Europa y Asia.

Los esfuerzos por el reconocimiento del Bolero como PCI en México se remontan al 2015, con la conformación del IBM, y su inscripción en el Inventario Nacional en México en 2018.

En 2020, el Instituto presentó a la Secretaría de Cultura federal la iniciativa para postular la candidatura binacional ante la UNESCO, lo que permitió la integración del expediente conjunto con el Ministerio de Cultura de Cuba.

De manera paralela, las instancias involucradas en el proceso unieron esfuerzos para el desarrollo de 22 proyectos incluidos en el Plan de Salvaguardia, mismo que se divide en tres ejes temáticos: educación y formación del Bolero; identificación y visibilización; y fortalecimiento de las capacidades de portadores para la autogestión y reconocimiento.

La inscripción como Patrimonio Cultural Inmaterial es una herramienta que refuerza la salvaguardia al fomentar la creación de planes específicos y acciones para su preservación. Asimismo, contribuye a legitimar estas prácticas como un derecho cultural y una expresión de la diversidad, al tiempo de otorgar identidad y cohesión entre las comunidades portadoras, incluso de manera más amplia entre las sociedades de ambos países.

Cuba y México mantienen un diálogo cultural que día a día crece “a ritmo de Bolero”.