Dos voces tejen una velada exquisita
La exquisita voz de la soprano Akemi Endo y del tenor Andrés Carrillo tejieron sonidos la noche del viernes pasado con los que construyeron una velada espléndida que será recordada como el evento con la mejor calidad artística del año 2021 realizado en Mazatlán.
La celebración musical Viva la ópera, las grandes arias inició con una demostración de virtuosismo de Akemi Endo que decidió endulzar el oído de la audiencia con una pieza que demanda mucho de la voz que la interpreta El concierto para soprano y orquesta de el ruso Reinhold Gliere que requiere de una soprano coloratura para poderla interpretar.
En está obra la voz se convierte en un instrumento más de la orquesta, la cantante no emite palabras, solo vocalizaciones, contesta los sonidos agudos de la flauta, las florituras, los trinos son incesantes , solo sopranos de gran envergadura como Ana Netrevko se atreven a abordar esta pieza, en Mazatlán fue posible por el elenco que armó el maestro Enrique Patrón de Rueda que fungió como director de esta exquisita velada.
El público no había salido del asombro que le provocó el virtuosismo de Akemi Endo, cuando un sonido de reclamo de ultratumba lo empezó a envolver, más de 50 voces se dejaron escuchar para interpretar la marcha fúnebre del funeral de Teobaldo de la ópera Romeo y Julieta de Charles Gounod.
Cuando Romeo Montesco, presa de la furia al ver que Teobaldo, el primo de Julieta mata a su amigo Mercucio, lo reta a duelo y lo mata. El querido joven Capuleto (Teobaldo) yace a los pies de Romeo y su familia y amigos lo rodean con un canto doloroso, ensalzan la vida del joven y señalan y acusan al asesino.
El compositor francés Charles Gounod escribió una dramática escena , cargada de un profundo dolor que inicia con un coro que señala y quiere castigar a un Romeo que ve en esa muerte el más grande obstáculo para que se haga realidad su amor por Julieta, la música traduce perfectamente el profundo dolor pero además el creador la adereza de ansia de venganza y del sincero arrepentimiento de Romeo .
Todos estas emociones se conjugan en una sola pieza que hace que se instalen en el interior de cada escucha. La entrada explosiva del coro que avanza en una marcha funebre dolorosa, el preámbulo del canto de Romeo arrepentido e impactado ante la muerte.
Esto se hizo realidad gracias a la potencia de los coros Guillermo Sarabia y Ángela Peralta , la precisión de la Orquesta del Teatro Ángela Peralta que recreó la música de la ópera de Romeo y Julieta de una manera que se convirtió en una intensa experiencia
La orquesta tuvo un momento de lucimiento cuando interpretó el bello intermezzo de la ópera Atzimba del duranguense Ricardo Castro que no deja de deslumbrar con la calidad de su obra escrita.
El dueto de amor de Romeo y Julieta unió en el escenario a Akemi Endo y a Andrés Carrillo, el ensamble de sus voces potentes cargadas de colores, consiguieron crear ese momento de ensoñación del amor pero también el dolor de tener que separarse. La vibración que ella consigue en el momento de emitir su voz es lo que crea momentos deslumbrantes de exaltación.
La noche continuó sin darle descanso a la excitación de la audiencia, vino el Vals de Julieta, que es un canto a la alegría de vivir , concretiza en los oídos el sentimiento de plenitud, alegría que el amor correspondido, da.
La soprano hace girar en el orgánico ritmo de vals al público generando el vértigo embriagador que provoca el enamoramiento y el deseo de la piel amada.
El coro interpretó Va pensiero de la ópera Nabucco y la orquesta brillo con el intermedio de La Boda de Luis Alonso.
Verdi hizo acto de presencia con el Coro de Gitanas y Matadores de la ópera La Traviata y el dueto de cantantes interpretó ``Torero quiero ser de la zarzuela El Gato Montes.
La noche cerró con el brindis de la ópera La Traviata en un concierto que reunió a los solistas, la orquesta, los coros en lo que fue el mejor espectáculo que se ofreció en el 2021 en el Teatro Ángela Peralta.