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"COMPAÑÍA"

"Delfos, 25 años haciendo poesía con danza"

"La agrupación celebra hoy sus bodas del plata con la danza, con la ópera ‘Dido y Eneas’"
07/12/2017 22:24

Han existido decenas de grupos de danza contemporánea en México, solo 10 han logrado trascender el tiempo y han marcado la historia de la danza nacional, entre ellas: Delfos, la compañía instalada en Mazatlán desde hace 20 años; Antares, que acaba de cumplir 30 años; Contempodanza, Barro Rojo, Raúl Flores Canelo (ya no existe), Ballet Teatro del Espacio (ya no existe) y la Compañía Nacional de México que guió Guillermina Bravo a lo largo de 40 años y que ya desapareció.

“La estética de Delfos está muy conectada con las artes visuales y la poesía, las obras están construidas como metáforas visuales. El grupo nació con esa propuesta, estos elementos siempre han estado presentes, es una estética que ha ido evolucinando a lo largo de los años, nuestro lenguaje se ha enriquecido, hemos tenido muchas metamorfosis a lo largo de todos este tiempo”, comentó Claudia Lavista, codirectora del Grupo Delfos.

“Víctor Ruiz ( el otro codirector) y yo somos muy diferentes, nos complementamos al momento de crear, hemos podido dialogar a lo largo de 31 años trabajando juntos, él sabe lo que yo quiero y yo sé lo que él está pensando. Hay un enorme respeto y admiración entre Víctor y yo. Nosotros siempre hemos hablado desde el ser humano que está en nosotros y que se comunica con los demás. En nuestro trabajo hay ensoñaciones, pero siempre está anclado en la tierra, en los instintos”.

Danzas compartidas

Claudia Lavista y Víctor Ruiz se conocieron cuando eran bailarines integrantes de la compañía de danza contemporánea venezolana Danza Hoy, que entre 1980 y 1995 fue la compañía más importante de Latinoamérica, su propuesta estaba cargada de fisicalidad, habla Víctor Ruiz.

“Por ser paisanos nos identificamos y empezamos a compartir un departamento juntos, platicábamos mucho de cómo percibíamos y creíamos que debía ser la danza, de política, de arte y literatura. Con nosotros vivía la pintora Jeanette Berretini, que en ese momento iba a tener su primera exposición individual y se nos ocurrió inaugurar la muestra con una coreografía que se llamó como la exposición, ‘Los amorosos’, inspirada en el poema de Jaime Sabines. Era el año de 1990”, compartió Víctor Ruiz.

“Era una danza muy contemplativa, interiorista, que tenía una estética completamente diferente a lo que bailábamos en Danza Hoy. Esa pieza fue un parte aguas para nosotros, porque así empezamos a crear para Danza Hoy, pero también lo fue para Venezuela. Por ser una propuesta completamente original, nos salimos de la fisicalidad para entrar a un estilo de danza intimista, movimientos muy lentos y todo estaba completamente justificado, era una pintura que se movía”.

“Los amorosos” les abrió las puertas para que la Compañía Danza Hoy les permitiera hacer coreografías. Incluyeron su obra en uno de sus programas.

El regreso a México

“Claudia y yo conseguimos comunicarnos en un plano de sensibilidad difícil de explicar, eso nos permite crear conjuntamente. Después de ‘Los amorosos’ creamos la obra ‘Trío y cordón’, también fue un suceso. En ese momento, 1992, mi padre murió, poco después mi hermano, y yo decido regresarme a México. Claudia se vino tres meses después”, recordó Víctor.

Antes de regresar, le propusieron a la Coordinación de Danza de la UNAM dos funciones que se programaron para un martes y un miércoles de noviembre de 1992 en la Sala Miguel Covarrubias, del Centro Cultural Universitario. Eran días pésimos y pensaron que nadie iba a ir a la función.

“Rosario Manzanos, la crítica de danza, era en ese momento la coordinadora de danza en la UNAM y me pidió un texto y el nombre de la compañía para poder programarme oficialmente. El grupo solamente éramos Claudia y yo y no teníamos nombre”, explicó Víctor.

“Mi hermana me sugirió que me fuera a los griegos para encontrar el nombre, porque ahí esta el origen de toda la cultura occidental, y un amigo escritor (Mario Villanueva), me asesoró para hacer el texto que me pidieron, me dijo que tenía que crear una filosofía del grupo de danza que estaba naciendo. Claudia estaba asustada por cómo se estaban dando las cosas, pero estaba en Venezuela y yo tenía que resolver todo”.

En su revisión de la cultura griega, Víctor se topó con la descripción del Oráculo de Delfos y descubrió que este era profundamente humano, porque revelaba los sueños de los seres humanos, y eso era lo que ellos querían que fuera su propuesta de danza.

“Fue revelador que tuviéramos una conexión tan estrecha con ese nombre. Para promover nuestra primera función decidimos participar en el Premio INBA-UAM con la obra ‘Trío y cordón’, fue en Bellas Artes, fuimos pasando las diferentes etapas. Cuando la gente la vio por primera vez se deslumbró, nos brindaba aplausos apasionados, nos hacían muchas preguntas porque nuestra estética era algo totalmente diferente a lo que se hacía en México”, dijo.

“Terminamos ganando el Premio INBA-UAM, eso fue en octubre de 1992. Cuando nos presentamos en la Sala Covarrubias en noviembre de ese mismo año los boletos se agotaron, se corrió la voz de nuestra propuesta gracias a que ganamos el premio. Recibimos las mejores críticas de los más importantes críticos de la época: Rosario Manzanos y Patricia Carmona. En febrero de 1993 representamos a México en la Feria del Libro de Colombia, todo iba demasiado rápido y nos asustamos”.

Entre la emoción y los retos

La crítica de aquel momento hablaba de que la propuesta de Delfos era novedosa, y que su lenguaje estaba enriquecido con los códigos del ballet, técnica en la que se entrenaron en Venezuela. Eso les daba una estética especial y diferente a sus movimientos y en México los bailarines de contemporáneo no entrenaban en ballet porque Guillermina Bravo no tenía ningún vínculo con esa técnica.

“‘Visiones insondables’ fue el primer programa que presentó Delfos, ya consolidados como compañía, después de la primera vez que nos presentamos en la Sala Miguel Covarrubias. Los primeros integrantes de la compañía fueron: Lorena Glinz, Roberto Robles, Esther López Lleras, Georgina Gutiérrez y Claudia de Simone, con todos ellos nos fuimos a una gira a Venezuela”.

El encuentro con Mazatlán

Después de cinco años de una vida muy intensa de dar clases por la mañana, presentaciones en la tarde y en la noche y trabajar en los opening de una discoteca que se llamaba Medusa, empezaron a cansarse de una ciudad tan grande como la Ciudad de México.

“La ciudad de México nos empezó a agobiar y terminamos promoviendo nuestra salida de la metrópoli. En 1998, después de dos visitas a Mazatlán al Festival José Limón, le habíamos planteado a Ricardo Urquijo (que era director de Difusión Cultural de Mazatlán en ese momento) venirnos y poner una escuela de danza contemporánea. Nos enamoramos de la ciudad, que es espectacular, de su gente, del teatro que es hermosísimo”, dijo.

“Desde el primer momento tuvimos una comunicación estrecha con el público mazatleco, presentamos ‘Trío y cordón’ y ‘Cariátide’, entre otras, y recibimos un aplauso cálido y entusiasta del público, nos conectamos inmediatamente. Nos tildaron de locos cuando nos vinimos a Mazatlán porque decían que íbamos a picar piedra y que en provincia no sucedía nada. Fue una decisión afortunada, construimos la escuela más importante de danza contemporánea de México y una de las mejores de Latinoamérica. Tenemos una representante en Estados Unidos que ha llevado a Delfos a más de 35 ciudades de los cinco continentes”.

‘Dido y Eneas’

La historia de amor que el poeta Nahum Tate escribió a partir del Libro IV de “La Eneida”, de Virgilio, es con la que Delfos Danza Contemporánea celebra sus 25 años de trayectoria artística este 8 y 9 de diciembre, a las 20:00 horas en el Teatro Ángela Peralta.

Es una producción del Instituto de Cultura de Mazatlán, con apoyo de la Asociación Civil Amigos de la Ópera, en la que participan alrededor de 100 artistas que incluyen bailarines, cantantes y músicos. Es uno de los grandes eventos del Festival Cultural Mazatlán 2017

Dan vida a “Dido y Eneas” músicos de la Camerata Mazatlán, el Coro Guillermo Sarabia, bailarines de Delfos y los solistas Sarah Holcombe (Dido); Andrés Carrillo (Eneas); Flor Estrada (Hechicera) y Rebeca de Rueda y Jéssika Arévalo (Belinda), todos bajo la batuta del maestro Percival Álvarez.

BOLETOS

Los boletos para “Dido y Eneas” tienen un costo de 100, 150, 200, 250 y 300 pesos. Pueden conseguirse en la taquilla del Teatro Ángela Peralta en horarios de 9:00 a 15:00 horas y de 17:00 a 19:00 horas. Mayores informes en el teléfono 982 44 46, extensión 103.

 

120

Las coreografías creadas y bailadas en 25 años

35

Los países de los cinco continentes a los que han ido de gira

15

Las compañías de danza que han creado los egresados de la Escuela Profesional de Delfos

200

Los bailarines que han egresado de la Escuela

 

SUS DISTINTIVOS

Las coreografías ícono de Delfos: “Trío y cordón”, “Los amorosos”, “Cuando los disfraces se cuelgan” y “La consagración de la primavera”, entre otras.

ALUMNOS INTERNACIONALES

En la Escuela de Delfos han estudiado alumnos de Checoslovaquia, Estados Unidos, Francia, Colombia, Venezuela, Ecuador y Chile, entre otros países, hecho que no sucede en ninguna escuela de danza mexicana.

TRÍO DANCÍSTICO

Delfos es considerada una de las tres mejores compañías de danza contemporánea de México, junto con Antares y Contempodanza.

RETO MILLENNIAL

La generación Millennial también está llevando a reestructurar la academia de la Escuela Profesional de Danza, manejan mucha información y están adaptádose a esos cambios.