Contagian su alegría Maritza y la Falsa Orquesta Cubana
Toda la alegría y el ritmo guapachoso de Maritza y la Falsa Orquesta Cubana se dejó sentir en la Plazuela Álvaro Obregón entre los sinaloenses.
Y así se creó el ambiente que puso a bailar a decenas de parejas, con los mejores ritmos de Cuba, en el marco del Festival Cultural Sinaloa 2024, que organiza el Gobierno del Estado a través del Instituto Sinaloense de Cultura.
Al ritmo de piezas como Quién será, el chachachá Cachita, Son de la loma, Quizás, quizás, El bodeguero, Los tamales de Olga, Me voy pal pueblo, Cómo fue y Perfume de gardenias, surgieron los primeros pasos.
Luego disfrutaron de Lágrimas negras, Cuarto de Tula, Veinte años, Estoy pensando y Llorarás, entre otras, y aunque no todas son de autores cubanos, el ritmo sí es herencia de esa isla para el mundo.
Ritmos como el mambo, la guaracha, el son, la rumba, el chachachá y guaguancó, entre otros que han arraigado en México y que han hecho suyos otros países, pusieron alas en los pies de los presentes, de los transeúntes que se pararon a mirar, a escuchar y a aplaudir las piezas interpretadas con sabrosura por este grupo de músicos encabezados por la cadenciosa voz de Maritza Montero.
La cantante cubana, quien ha cantado con la Orquesta Aragón, Omara Portuondo, Charanga Habana All Stars, Tito Junco, la Falsa Orquesta Cubana de Mazatlán, y ha alternado con Ricardo Montaner, Joaquín Sabina, Francisco Céspedes y Óscar de León, compartió su voz y su ritmo alegre con el público.
En 1994 recorrió México con el espectáculo del Tropicana, y en 2011 llegó a León, Guanajuato, con la orquesta Sabor Habana, y aunque la orquesta desapareció, el contrato de Maritza ha seguido vigente y desde entonces ha radicado en nuestro país.
Además de sus actuaciones en León, se ha presentado en restaurantes, hoteles, festivales y conciertos en Irapuato, Querétaro, Mazatlán, Durango y Xalapa.
En Sinaloa, en el marco de este Festival, se presentó en Guamúchil y Culiacán en los últimos días, con un gran éxito patentado por las parejas que sucumbieron al ritmo sabroso de sus interpretaciones.