Comparte el Taller de Ópera de Sinaloa ‘La flauta mágica’
Un numeroso público aplaudió cálidamente al Taller de Ópera de Sinaloa en la representación de la ópera La flauta mágica, de Wolfgang Amadeus Mozart, en el Teatro Pablo de Villavicencio, bajo la dirección del maestro José Manuel Chu.
La pieza, con la que el Taller de Ópera abrió sus actividades para este año, contó con el acompañamiento al piano de la maestra Zlatina Valkova, y en la flauta el maestro Salomón Gil, con la dirección escénica y adaptación de la maestra Marcela Beltrán, en un escenario en el que destacó una larga tarima con una escalera al centro y, de fondo, las proyecciones de imágenes alusivas.
El montaje destacó por los buenos vestuarios para una historia en la que se hace patente la lucha entre la oscuridad y la luz, la ignorancia y el conocimiento, muy a tono con el despertar intelectual de la humanidad en el Siglo de las Luces.
En los diferentes papeles se alternaron los integrantes del TAOS reforzados por cantantes y actores invitados, entre ellos algunos del Coro de la Ópera de Sinaloa. Como Tamino, se alternaron los tenores Pablo Falcón y Alejandro Pacheco; como Pamina estuvieron las sopranos Claudia Puebla y Evelyn Tovón; formidable como la Reina de la Noche, la sorprendente soprano Jessica Torrero, y en el papel de Sarastro, el bajo Cyan Rangel; Monostatos fue interpretado por Luis Cornejo.
Como invitados estuvieron la gran mezzosoprano Oralia Castro (ex miembro del Taller), como la Dama 3, y las otras damas las asumieron Evelyn Tovón, Claudia Puebla y Samantha Sánchez. En el excelente papel de Papageno estuvo el barítono Leoncio Luna; la Papagena fue Sofía Meza, mientras que los tres espíritus los interpretaron Gillian Acosta, Danna Lara y Gloria López.
Los cantantes fueron aplaudidos por sus brillantes interpretaciones de las diversas arias y ensambles vocales que integran la pieza, las cuales se intercalan con los diálogos, entre ellas la célebre Reina de la Noche, el quinteto de Papageno, Tamino y las Tres Damas, Hm, hm, hm... y el aria de Sarastro, In diesen heil’gen Hallen.
El príncipe Tamino es engatusado por la Reina de la Noche para ir en busca de su hija Pamina ayudado del cazador de pájaros Papageno. Para ello, le da un objeto de incalculable valor: una flauta mágica. Pamina se encuentra retenida en los dominios de su padre, el rey Sarastro, y es asediada por el sirviente de este.
Tamino se enamora de la princesa y le pedirá al Rey Sarastro su mano, pero debe afrontar tres pruebas. Tamino las supera y logra comprender que la Reina de la Noche es malvada, y que el objetivo de Sarastro al retener a Pamina era cuidar de ella. A su vez, Papageno encontrará a una Papagena con la que compartir su vida.