Caen las ‘Flores para los muertos’, en el inicio del Festival de Teatro A Una Sola Voz
José Daniel llegó a un paraje enclavado en la sierra, está en una montaña que intenta subir, junto a una cascada que quiere atravesar, pero no puede. Está en el Yolizyeyantli, ese espacio en el convergen pasado y presente, que habitan las almas, que se revela la memoria.
Y esto forma parte del monólogo Flores para los muertos, con el que inició el Festival de Teatro A Una Sola Voz, en el Teatro Socorro Astol. Una obra escrita, dirigida y actuada por Roberto Mosqueda, de Guanajuato.
Se trata de la historia de José Daniel Martínez, un delincuente que se dedica al robo de autos y que es perseguido por unos matones que quieren acabar con él.
Cuando van por él a su casa y logra escapar, en su intento de huida, sale de la ciudad rumbo a la sierra y tiene un accidente. Ahí es rescatado por un hombre místico y sabio, de acento campesino quien lo guía en un camino por su propia memoria.
Entonces su vida entera se va revelando.
Ante el público que prácticamente llenó el teatro, se van revelando aspectos dolorosos de la vida de José Daniel, que probablemente influyeron en él para elegir el camino del machismo, la ilegalidad y la violencia.
Se remonta a momentos dolorosos de la infancia, como la pérdida de sus padres, el tener que vivir con un tío que lo acosa, lo golpea, le dice arrimado e incluso lo intenta matar.
Pero en ese paraje, donde la luna y el sol se encuentran, sigue siendo renuente, violento, sumamente irreverente.
Sin más elementos que la luz, algunos efectos de sonido, grabaciones de voz, música, la apuesta de la obra es lo actoral, una interpretación llena de energía, rica en matices, personajes llenos de furia, de miedo, de calma.
Va de la voz del narrador, al de la esposa, al del padre, al del tío embriagado, a su madre, su esposa María Andrea, su hijo Daniel, su hija Isabel y a quienes lo seguían.
Por momentos la historia transcurre como en una melodía, y pareciera que en el escenario se mostrara una coreografía. Hay incluso un momento que parece representarse en cámara lenta.
Pasan siete días, los mismos en los que él busca escapar, sube la montaña e inexplicablemente vuelve a caer. Pero el Yolizyeyantli, sigue descifrando su pasado.
Quien lo acompaña en realidad es su padre, quien le cuenta que solo cuatro veces lloró en la vida: una fue al nacer, la segunda cuando su hijo nació, las otras dos se las reserva.
Al final, le cuenta cómo nació su hijo, tercera vez que lloró. Y también narra cómo fue que falleció, partida la había presentido su esposa que ocurriría un día que saldría tarde del trabajo.
Y el día llegó, pese a que tenía la intención de volver a casa antes del anochecer, se le hizo tarde y se topó con una pareja que discutía y él, pensando en su esposa y su madre, defendió a la mujer y el tipo lo mató.
En sus últimos instantes de vida pensó en él, su amado hijo y fue la cuarta vez que lloró.
Entonces le revela a José Daniel que no saldrá de ahí, de que está muerto y entonces las flores comienzan a caer desde el cielo. Son las Flores para los Muertos.
Inauguración
Durante la inauguración, Rodolfo Arriaga Robles, director de Programación del Isic y coordinador general del Festival de Teatro A una sola voz, destacó que esta noche regresaba a uno de los eventos más esperados del año.
“Nació en Culiacán en el año 2000, es la décimo séptima edición con el INBA, pero nació aquí y sería la 20 edición, iniciamos en el Teatro Óscar Liera como Festival Internacional Del Monólogo”, recordó.
“Y creció a partir de que el INBA, que convoca como política nacional, nos pidió unir este festival con el de Coahuila, agregar a Monterrey, Durango y así creció”.
Acompañado por Alonso Ramírez, director del Instituto Municipal de Cultura Culiacán, señaló que ahora son dos circuitos, este es del norte, y se presentarán con siete obras de teatro.
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