"‘Cada novela la escribo como si fuera la primera’"
Élmer Mendoza compartió con los lectores de sus libros que para disfrutar el acto de inventarse una historia, cada novela la escribe como si fuera la primera y eso mantiene el entusiasmo, el placer del escritor.
Acompañaron en el foro al autor de Un asesino solitario el escritor Juan José Rodríguez y el periodista Ariel Noriega, quien subrayó que el habla cotidiana de los sinaloenses y lo regional en general son elementos fundamentales en la obra de Élmer Mendoza.
Por su parte, Juan José Rodríguez mencionó que en esta novela Élmer desarrolla su narración en la ciudad de Los Mochis.
“Ahí El Zurdo Mendieta sufre una depresión que lo mantiene fuera de circulación porque hasta a la gente que está metida en la delincuencia le gana la tristeza. Hay una sinfonía de voces que a veces se convierte en un laberinto que no tiene salidas. Nos da gusto que siga siendo parte de su narrativa ese ritmo trepidante y rabioso. Nos gusta también que sea como él habla y que rescate los giros lingüísticos de esta región”.
El poeta y narrador, Luis Jorge Boone, subió al escenario con su guitarra para cantar El corrido a Élmer Mendoza, que recientemente escribió y dedicó al escritor sinaloense.
“El único bato que me llevó flores al acto de premiación cuando gané el Premio Gilberto Owen fue Élmer Mendoza y entonces pensé ¿por qué no le compongo un corrido?”.
“Conozco un bato muy chido, su nombre es Élmer Mendoza;
quise escribirle un corrido para contarles su historia
padre del Zurdo Mendieta y un Asesino solitario.
Sus novelas son leyendas.
Nacido allá en Culiacán.
Cuando lo buscó la muerte para cobrárselo caro,
Élmer se jugó la suerte, le dijo hablemos un rato.
La charla nadie conoce, pero no era su hora
Y al pasar la media noche, despidió a la señora.
Es sobre un asesinato en el Parque Sinaloa
cuenta la historia de un narco, que en mal momento se enamora,
no se queden con las ganas de echarse toda su obra
(Fragmento de “El corrido a Élmer Mendoza”)
Élmer Mendoza se conmovió mucho cuando lo escuchó y tardó un momento para reponerse de la emoción, y agradeció.
El autor recordó que su acercamiento a la ciudad de Los Mochis se fue dando poco a poco cuando conoció a Jaime Labastida, quien le presentó personajes especiales de la ciudad. Cada vez se fue ligando más, resaltó la belleza del Parque Sinaloa que lo sedujo, y cuando fue a pasear por sus andadores, le gustó para que fuera escenario de una de sus novelas.
“Antes de terminar Besar al detective ya tenía varias cosas de Asesinato en el Parque Sinaloa”, comentó.
“Soy un novelista que hace un esquema antes de trabajar, conforme escribo este se va transformando, la novela me va indicando nuevos caminos. Le tengo mucho afecto a algunos sitios de Los Mochis como el restaurante El Farallón, dos meseros del Hotel Santa Anita son personajes de esta novela”, señaló.
“La parte de la acción en la novela es tan interesante, tan necesaria y tiene que ver con el contexto que queremos contar, tiene que ver con muchas cosas que son sobresalientes en el universo del delito de este país, como la corrupción, el control de la policía y otras instituciones encargadas de administrar justicia cooptadas por la delincuencia”.
Una historia
“Tengo una historia, un cadáver, una acción a la que El Zurdo no puede rehuir, la Marina lo obliga a que trabaje con ellos para atrapar un capo en la ciudad de Los Mochis. Técnicamente intento varias cosas en la novela, sobre todo en la parte de los narcos, en donde hago un discurso dialogado tratando de darle intensidad para establecer diferencias con la parte de El Zurdo Mendienta, que está escrita de otra manera”, comentó.
“Esta saga cada vez me cuesta más trabajo, tengo una herramienta que me ayuda mucho, tiene que ver con disfrutar como escritor el acto de inventarme una historia. Cada novela la escribo como si fuera la primera, aunque en el caso de El Zurdo ya tengo cercanía con el personaje, sólo le agrego cosas en cada novela, eso me ayuda a disfrutar, a redescubrir lo que es El Zurdo”.
Cómo se hizo Elmer escritor En un momento emotivo de la charla, Élmer Mendoza habló de cómo entró a la literatura. Reveló que creció en un rancho y que aprendió a leer a los 9 años, un día que fue a jugar basquetbol descubrió que había una biblioteca y la encargada le prestó “20 mil leguas de viaje submarino”.
“Entré al mundo de la literatura como se debe entrar, leyendo. Un escritor tiene que tener un gen, porque yo no tuve miedo de dejar un trabajo de exitoso ingeniero de una transnacional, renuncié a eso y aposté todo a ser escritor y entré a la UNAM a estudiar letras hispánicas y tuve los trabajos más raros y mal pagados, me sostuve, tardé 20 años en formarme, eso tiene que ver con lecturas, reflexiones, llorar, sufrir, hasta que un día mataron a Colosio y algo me dijo que tenía que hacer algo y de manera distinta. Federico Campbell me ayudó a llevarla a varias editoriales y Tusquet fue la que se interesó”.
Cómo se hizo Élmer escritor
En un momento emotivo de la charla, Élmer Mendoza habló de cómo entró a la literatura. Reveló que creció en un rancho y que aprendió a leer a los 9 años, un día que fue a jugar basquetbol descubrió que había una biblioteca y la encargada le prestó “20 mil leguas de viaje submarino”.
“Entré al mundo de la literatura como se debe entrar, leyendo. Un escritor tiene que tener un gen, porque yo no tuve miedo de dejar un trabajo de exitoso ingeniero de una transnacional, renuncié a eso y aposté todo a ser escritor y entré a la UNAM a estudiar letras hispánicas y tuve los trabajos más raros y mal pagados, me sostuve, tardé 20 años en formarme, eso tiene que ver con lecturas, reflexiones, llorar, sufrir, hasta que un día mataron a Colosio y algo me dijo que tenía que hacer algo y de manera distinta. Federico Campbell me ayudó a llevarla a varias editoriales y Tusquet fue la que se interesó”.