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Cierre de año

Agradezca lo que pasó en 2022 para que dé lugar a lo que desea este 2023

Naytzé Ramírez Torres, directora del Instituto de Terapia Sistémica Shalom, dice que mirar los pendientes del alma y agradecerlos permite un buen cierre del año 2022, para cumplir las metas del 2023

Mirar lo que fue difícil, lo que dolió, aquello que no nos hemos atrevido a enfrentar por miedo, enojo o tristeza, reconciliarnos con ello y agradecerlo permite un buen cierre del 2022 y un espacio para que en 2023 se puedan cumplir las metas.

La terapeuta Naytzé Ramírez Torres, directora del Instituto de Terapia Sistémica Shalom, asegura que una vez que podemos observar los pendientes del alma y reconciliarnos, generamos el espacio para recibir lo nuevo.

“Desde las constelaciones familiares, el primer orden de la abundancia es dar gracias, hay que agradecer, yo siempre recomiendo un ejercicio que yo misma hago, y es escribir Gracias 2022 por... A mí me ayuda mucho hacerlo con mi propia agenda, gracias enero por, gracias febrero por, y así me voy, mes por mes”, dice.

“La recomendación es agradecer sobre todo lo triste, qué padre si me fui de vacaciones, pero en constelaciones vemos que todo nos muestra algo importante que no hemos podido mirar, a veces una enfermedad, a veces una pérdida, a veces un pendiente”.

Al terminar un año, advierte, es necesario reconocer pérdidas, tragedias, muertes porque cuando se vive algo doloroso se congela y no permite avanzar a la persona.

“Y para poder hacer un buen cierre, qué hago ante un evento de esa naturaleza, lo congelo, porque o me muero o me vuelvo loca y si no miras lo doloroso, ahí va a quedar y será el obstáculo que no te deja llegar a lo que quieres llegar del 2023 a tu vida”.

Ramírez explicó que generalmente una tragedia se congela pues la gente lo que aconseja siempre es la fortaleza.

“Que tienes que salir adelante, ser fuerte... y lo que siento se queda ahí como un pendiente y me va generando un miedo o una emoción que no me permite seguir adelante, entonces para un buen cierre de 2022, necesito que veas eso que te dolió”.

Aunque lo que duele haya ocurrido en otra época, para cerrar hay que ver lo qué se tiene atorado en el alma, sea un dolor, una enfermedad, un pensamiento recurrente, algo que no me deja avanzar, porque esos son los pendientes del alma.

“El cómo crees que voy a agradecer que me haya dado Covid, pues sí, porque estoy aquí. Cómo voy a agradecer que me haya dolido todo el año la cabeza, sí, y pido que se me muestre qué está representando mi dolor de cabeza. Un buen cierre es poder mirar lo que no nos hemos atrevido a mirar por miedo, por enojo, por tristeza”.

Y una vez que lo miras, te reconcilias, la primera frase en constelaciones que lleva a restaurar es: “Ahora lo puedo mirar”, dice.

“Para el cierre hay que preguntar ‘qué no he podido mirar, qué me duele, qué me hace falta’, para entonces sí poder programar tu 2023”.

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De constelaciones y física cuántica

La manera de programar un año como enseña la física cuántica, explicó Ramírez Torres, es que si se crea como un pensamiento, como una emoción, se crea como una realidad.

“Vamos a suponer que te gustaría ganar más dinero, cuando lo vas a programar di: ‘quiero ingresos, no digas 10 mil, di más de 10 mil porque se abre la abundancia, si dices 10 mil la limitas, si dices más de 10 mil te pueden llegar 100 mil o 50 mil o 12 mil, pero cuando lo dices te puede generar una emoción como ‘sí quiero pero me ahogo’, es por los pendientes, lo que necesitas mirar y cuando los miras, lo duro, lo difícil y dices ‘ahora lo puedo mirar’, repite ‘quiero ganar más de 10 mil y se abre, entra ya la física cuántica”.

Para que pueda entrar la física cuántica es necesario tener el campo libre y los pendientes sistémicos son los que no permiten que fluya libremente.

“Sí funciona, pero si no ves los pendientes ahí va a seguir por más que te muevas. Por ejemplo, ‘quiero ser empresaria, voy me capacito, me meto en la cámara, asociaciones’, pero qué tal que el pendiente que no he visto es que mi papá murió por ser empresario, entonces por mucho que me capacite y haga lo que me toca ya no puedo dar el siguiente paso, llego a una parte reducida”.

Con una constelación familiar, se quita el obstáculo y entonces todo lo que haga funcionará, asegura.

“Las constelaciones nos muestran lo invisible, qué me hace falta mirar, con qué me hace falta reconciliarme, con una situación, con una persona o con una emoción, cuál es mi pensamiento recurrente que me quita la paz y en la reconciliación con todo esto te quedas con lo tuyo y ya no lo sigues cargando”.

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Programar un 2023 en abundancia

Una vez concluido este proceso, la persona se coloca en el lugar que le corresponde y deja entrar la abundancia en su vida, entonces ya puede programar su año.

“Una vez que agradecí lo pasado, vuelvo a los órdenes de la abundancia y pido por favor. Entonces ya lo puedo programar: Por favor, un trabajo o ingresos por más de... Por favor

otro trabajo, un emprendimiento... te abres a poder recibir porque ya se quitó el pendiente”.

“Detrás de cada cosa que me lastimó, que me dolió, tomar un aprendizaje y un crecimiento, lo que queda del año volverlo a agradecer para entrar con los menos pendientes posibles para el 2023, porque cada año trae lo suyo”.

En numerología, explicó, el 2022 es año 6, que significa el año de la familia.

“En el año de la familia hubo quien encontró pareja o se divorció porque esa relación no funcionaba y como está centrado en que la tierra fértil es lo de tu familia, se trató de poner orden, muchos dicen ‘con razón llegué a Shalom y me di cuenta en dónde estaba y después de dos o tres sesiones me siento mucho mejor’, porque es año de familia”.

Este 2023 es año siete, señala, es un año espiritual y es muy recomendable trabajar como humanidad nuestro cuerpo espiritual.

“No tiene nada que ver con religión, lo espiritual es lo que te conecta con la fuerza mayor, es un año de mucha introspección, un año de confiar en eso más grande, yo hago mi parte pero lo entrego a algo más grande”, dice.

“Es un año para aprender, tomar cursos, estudiar, hacer una maestría, una especialidad, o licenciatura, doctorado, aprender yoga o a meditar, o a nadar. Todo eso que he estado postergando, en un año 7 es recomendable hacerlo, todo lo que quieres aprender, sobre todo aquello que me ayude a estar mejor conmigo mismo”.

¿Metas o energía?

Naytzé Ramírez Torres consideró que en lugar de metas, es mejor llevar a cabo las actividades que son propicias de acuerdo a la energía que tiene el año.

“Las metas se te olvidan, lo que dices el 31 de diciembre, para el 9 ó 10 de enero ya se te olvidó, en cambio si dices este año toca esto... Entonces pongo mi atención, mi energía y recursos en que voy a estudiar y tienes tierra fértil para hacerlo”, asegura.

“Es lo importante de saber qué tarea y qué energía trae el año”-

NUMEROLOGÍA

2020. El año de la pandemia fue 4, un año difícil, lento, de buscar el orden.

2021. Año 5, de abrirse a lo nuevo..

2022. Año 6, de la familia.

2023. Año 7, de lo espiritual.