|
Inseguridad

‘Si ven algo bajen la cortina y pa’ dentro’: así se vive en Elota

En medio de una creciente ola de violencia que asola a Sinaloa y al municipio, los habitantes de Elota viven con el temor constante de los enfrentamientos y amenazas

LA CRUZ DE ELOTA._ Aquí ya nadie habla de esperanza ni de mejoría.

Por eso hay maldiciones cuando en el sonido dan nombre de la jornada de ayuda que llevó el gobierno: “Jornadas por la Paz”.

La cabecera municipal de Elota parece un oasis en medio de una tormenta de balas y cadáveres que son contados de media docena, o que balancean decapitados colgados de un pie del arco que da la bienvenida al pueblo.

Aquí, por unas horas, previo, durante y después de la visita del Gobernador Rubén Rocha Moya, los ciudadanos se sientes seguros.

Y algo tuvo que ver los cientos de elementos del Ejército Mexicano, la Marina y la Guardia Nacional que formaron el perímetro alrededor de la plazuela Miguel Hidalgo, en un primer cuadro de la ciudad de La Cruz sitiado.

No todos están contentos con la jornada de servicios que ofrecen los gobiernos estatal y municipal, porque apenas el domingo pasado, unas 48 horas antes, la psicosis revivió, como ha ocurrido casi cada semana desde que empezó la guerra interna del Cártel de Sinaloa desde el pasado 9 de septiembre de 2024.

El problema no es solo la maldita sensación de vulnerabilidad cada vez que pasan por la ciudad los vehículos con personas armadas, sino las amenazas veladas, la obviedad del peligro de muerte para quien sea que exista en estos tiempos, en ese lugar, y la ausencia que suple al temor.

“Cuando recién empezó aquí la inseguridad, los locatarios cerrábamos, los negocios había veces que un día, otro día abríamos en la mañana, volvíamos a cerrar otro día.

“Así estuvimos alrededor de unos 45 días”, recuerda una de las mujeres asistentes al evento, quien dijo tener 10 años como comerciante en el centro de La Cruz.

“Ya posteriormente el Ayuntamiento nos mandaba comunicados, nos hacían sugerencias, bueno, pues así estuvimos un tiempo y después empezamos a cerrar un poco más tarde. Nos íbamos a las 7, 7 y media, 8 de la noche... Ahorita la gente no sale, está solo”.

$!‘Si ven algo bajen la cortina y pa’ dentro’: así se vive en Elota

La comerciante no es la única que reta a preguntar cuánto ha vendido.

“Tengo dos días que no vendo un solo peso... Y mi producto es perecedero”.


- ¿Qué es lo que vende?

- Flores.


Contrario a lo que muchos puedan pensar, la venta de flores no han subido pese a que sí hay un alza considerable de muertes.

Muchos piensan que “se están haciendo ricos” los floristas, pero ellos mismos lo descartan.

“Nosotros no nos mantenemos de eso, nosotros nos mantenemos de la gente que va y visita a la novia, de los que van y visitan a los panteones, de los cumpleaños, pero ahorita no hay”, lamenta.

La realidad del municipio, coinciden algunos, es que no tiene mucha agua, por lo que no hay siembra.

“Somos un municipio que se mantiene de lo que es la siembra”, recalca.

“Somos un municipios que se mantiene de la economía de todas las rancherías, La Cruz es la concentración de todos los pueblos de la redonda que viene y consume aquí, pero ahorita a la gente le da miedo y no viene, está solo”.

$!‘Si ven algo bajen la cortina y pa’ dentro’: así se vive en Elota

La acusación no es vaga. Con el inicio de la guerra, la zona rural de Elota ha tenido una actividad inusual de violencia.

Los reportes de enfrentamientos de grupo armados, movilización en numerosas caravanas, privaciones de la libertad y el abandono de cadáveres, no han faltado en casi todo el territorio del municipio.

Potrerillos del Norote, Pueblo Nuevo, Tanques, zonas cercanas a la maxipista, El Bolillo de camino a la libre, Vida Campesina, San José de Conitaca y El Espinal por la carretera libre.

Lo peor es que no hay ninguna interacción con el gobierno local, por lo menos como lo había antes, de hacer llamados o sugerencias a las actividades diarias y las clases canceladas.

“En esta administración ninguna sugerencia, ningún comunicado, ninguna nada para la población.

“Absolutamente nada, ahí estamos a la buena de Dios”, reclama.

Más bien, lo que les ha funcionado es resguardarse.

“Si ven algo bajen la cortina y pa’ dentro, lo que está afuera si se pierde, que se pierda”, señala.

“Y ayudas sí ha habido, pero la verdad se lo dan a quien quieren, no a los que realmente tenemos negocios”.

En los últimos meses, La Cruz era la parte más segura del municipio, pero con lo acontecido en Potrillos y El Bolillo, parece que la esperanza disminuye.

“Eso es lo que se mira y todo lo que pasa en las rancherías a la redonda.

“Si estamos a 5, 10 minutos de las poblaciones, entonces la gente no sale, preferimos resguardarnos”, señala.

Otra comerciante comenta que en otras temporadas iba a vender a campos como el Tayoltita.

“Era buenísimo. Me venía yo a las 10 de la noche, se ponía bien tarde el tianguis, en tres, cuatro horas, 2 mil, 3”, relata.

“Pero no podemos ir porque es rodear toda La Cruz, tienes que pasar por Vinatería, que es yendo para El Roble, El Saladito, El Salado. Das un vueltón, está en dirección de aquí, pero tienes que rodear por veredas y donde hay muchas veredas y eso es lo que para allá se ha puesto muy feo. Eso nos ha mermado muchísimo”.

Apenas el domingo, comparte, acudió a vender en un tianguis en el campo La Paloma.

No se ha cerrado, pero ya no les está dando.

Apenas ganó 250 pesos en la jornada.

“Hay muchísimo vendedor, se llenó de vendedor, espero la gente ya les recortaron el trabajo, y a la gente los afecta. A este municipio lo mueve la gente del campo, es el proveedor”, reflexiona.

El domingo, después de reportes de enfrentamientos en Potrillos del Norote se hallaron dos cadáveres, uno de ellos colgado del arco de entrada y decapitados. Otro más mutilado de un brazo.

En El Bolillo se hallaron seis cadáveres más, luego de un fin de semana violento.

Aún así hubo comerciantes que salieron a vender sus productos a los campos.

“Sí, pues tenemos que ir, tenemos que buscarle. Si hablo con otros compañeros, oye, ¿cómo está la cosa?”, explica.

La comerciante, que también suma una década en esta actividad, recuerda que por la violencia, por baja de ventas, tuvieron que ir a otros campos.

“Pero igual, están metidos entre canales y es más peligroso. Entonces fui dos veces y dije: no, esto no está bien”, señala.

“Es una psicosis andar entre los canales. No se te tiene que hacer oscuro en la carretera, porque no sabes lo que te pueda pasar”.

En La Paloma, por ejemplo, es un tianguis que ha habido asaltos.

“De hecho, ahí en la entrada de ese pueblo hay un retén de la Guardia Nacional, y desde que inició esto como al mes se puso. Más bien por eso nos guiamos”, expresa.

“Ahí justo en ese tramo quemaron los tráileres, otro día todavía estaban humeando las cajas cuando nosotros ya estábamos vendiendo, pero pues tenemos que trabajar. Es un peligro, pero... pues tenemos que comer”.

Recuerdas que después de la quema de los tráileres se puso el retén.

“Supuestamente vamos con más tranquilidad, pero pues siempre preguntando ‘heym ¿cómo están las cosas?’, porque ellos están sobre la entrada del puente, pero se meten por otro lado.


- ¿Ha habido mejoría en Elota?

- No, mejoría ¿de qué? Cada día estamos peor.


”Pues es una psicosis, nosotros supuestamente aquí decimos ‘todo bien’, no pasa nada, pero tenemos una semana que dicen que entra gente a hacer cosas en la noche y amanece uno en la mañana preguntando en el Facebook, ¿hey, que está pasando? ¿Ese tronido de la noche? Es una psicosis. Es que aquí hubo, el domingo en la noche. Ayer si era una psicosis horrible”.


El vistazo a la zona del miedo

El domingo 2 de marzo, Sinaloa registró un capítulo de violencia y terror en Elota, cuando fueron asesinadas al menos ocho personas, halladas con huellas de tortura; se quemaron casas y hubo enfrentamientos que abarcaron tres comunidades.

Esta situación se presenta en medio de una crisis de seguridad que detonó en Culiacán el 9 de septiembre de 2024 y se ha extendido hasta cada rincón del estado. La crisis de seguridad es resultado de una pugna del crimen organizado, que ha repuntado los delitos de desapariciones, robos y homicidios.

Las comunidades alcanzadas por el miedo el pasado domingo fueron Potrerillo del Norote, Pueblo Nuevo y El Bolillo, en este último poblado fueron asesinadas seis personas en un hecho que no se hizo público hasta la primera hora del lunes 3 de marzo.

Noroeste realizó un recorrido por Potrerillo del Norote y Pueblo Nuevo, en el que se documentó que a menos de 48 horas de los hechos que arrebataron vidas no hay presencia de autoridades de seguridad federales, estatales ni municipales en estos sectores.

Para llegar a Potrerillo del Norote hay que viajar hacia el norte de La Cruz de Elota, por un camino que se desliza de manera paralela a la autopista Mazatlán a Culiacán y a un lado de la vía del tren, oculto entre parcelas y semilleras.

Los 15 kilómetros de distancia a La Cruz de Elota están conectados de manera directa por el camino pavimentado, que serpentea y se rodea de una vegetación nutrida y se acompaña del sonido del tránsito vehicular de la autopista, y nada más.

La autopista, que aunque está oculta a la vista, reclama recordar su existencia con el ruido de camiones de pasajeros, de carga y tránsito particular. Solo estos sonidos son evidencia de civilización por varios kilómetros en el camino a Potrerillo del Norote, pues no hay almas visibles por las calles que ofrezcan indicios de que por la zona vive alguien, todo está vacío.

En cada par de kilómetros uno puede encontrarse de frente con vehículos particulares y de carga que utilizan el camino vecino a la autopista, pero los conductores no se saludan entre sí como comúnmente se esperaría en un lugar de la zona rural de Sinaloa, en el que los saludos se ofrecen a desconocidos como una cortesía.

El primer pueblo desde La Cruz hacia el norte es Pueblo Nuevo, ubicado a unos 11 kilómetros de la capital municipal. Ahí reciben a los visitantes las casas con las puertas cerradas, los carros estacionados en cocheras, y las calles vacías. De los casi 2 mil habitantes del pueblo ninguno asoma el rostro.

El domingo 2 de marzo Pueblo Nuevo fue escenario de un enfrentamiento entre grupos delictivos, horas más tarde la Secretaría de Seguridad Pública de Sinaloa reportó que habían incendiado casas en la comunidad y que en ese espacio no se registraban heridos.

También la Secretaría de Marina informó que realizaron recorridos por Pueblo Nuevo, en donde se aseguraron cuatro artefactos explosivos improvisados y un cargador para arma de fuego en un vehículo abandonado.

En Pueblo Nuevo un cartel fuera de una casita observa a los viajeros, y a su vez espera ser observado, con la leyenda ‘Bendito es el que viene en el nombre del Señor’.

Con esta oración en la mente los viajeros se encaminan al siguiente pueblo, a Potrerillo del Norote.

Potrerillo del Norote es un poco más grande que Pueblo Nuevo, pero también está ubicado al pie del caminito que conecta con La Cruz, y tiene un arco que con orgullo le avisa a foráneos y locales que ya llegaron al pueblo.

En este arco la noche del domingo 2 de marzo fue colgado de sus pies una persona decapitada. De la identidad de la persona solo se ha confirmado que era un hombre.

Este martes 4 de marzo, bajo el arco de Potrerillo del Norote, todavía se puede ver el charco de sangre que se intentó limpiar y que ahora es una mancha negra.

En estos hechos recientes se registraron al menos dos muertos, informaron autoridades de seguridad locales.