Por la promoción que le hizo una vecina, doña ‘Cuata’ cambió el campo por la elaboración de tamales
ESCUINAPA._ La promoción de una amiga que probó los tamales hechos para el cumpleaños de una de sus hijas, llevó a doña Ofelia Bernal Partida a dedicarse a la venta de estos.
Doña ‘Cuata’, como es conocida, era una mujer dedicada al trabajo del campo, en el corte de hortalizas, en los empaques de mango, esa era su forma de vida hasta hace más de 30 años.
Hacer tamales era recordar los antojos que por placer les hacía su mamá, para el cumpleaños de una de sus hijas decidió hacer tamales, para celebrar.
“Llegó una vecina, me dijo ‘están comiendo tamales’ y ya le dije ‘vente a comer’ le regalé sus tamales, Luz Rivera se los llevó a raíz de eso le gustaron muchísimo y empezó a promocionar”, recuerda.
Esa promoción, se sumó a la necesidad de permanecer más tiempo en casa, sus hijas crecieron y había que cuidar a sus nietos, ella quería apoyarlas con eso y como seguían pidiendo esos tamales que Luz Rivera había promocionado, decidió iniciar su negocio.
Un negocio al que ha sumado a sus dos hijas y dos nietas, esto le ha permitido estar con los niños, verlos crecer y compartir momentos, por lo que hacer tamales se convirtió en algo que hace de corazón, preciso.
“Trabajo en casa y cuido a sus niñas(nieto) y hasta la fecha, de corazón me gusta hacer y más hoy porque la gente viene, a lo mejor me halagan, pero me dicen ‘me encargaron, pero no quieren de otra parte’ y eso me da gusto”, expresa.
Doña ‘Cuata’ considera que el éxito de los tamales de pollo, camarón barbón, puerco, carne deshebrada, botaneros y puerco es porque se hacen de manera tradicional.
Ella coloca desde el nixtamal, el maíz lo encarga por kilos y no debe ser híbrido sino el natural, el tradicional, luego lava el maíz para después molerlo en un molino, que es un regalo especial de su hijo Francisco, señala.
Después viene la elaboración de guisos y el ‘mole especial’ que colocará a sus guisos, principalmente a los tamales barbones, es el sabor un poco picante el que logra dar el punto que el cliente pide.
Sus tamales son de día, no le gusta congelar, esto solo lo hace una vez al año que es cuando tiene que acudir a la muestra gastronómica en Culiacán, pues por lo menos son 4 mil tamales que se consumen, sería imposible hacerlos allá, señala.
Pero cuando se trata de pedidos locales o que pasarán de otros lugares por ellos, los va haciendo al día, aunque eso signifique despertarse más temprano que otras personas; ella se puede levantar entre las 4:00 y 4:30 horas para empezar la preparación de todo, desde nixtamal hasta los guisos.
Sabe que a las 7 de la mañana llegaran sus hijas y nietas y empezaran con la elaboración de tamal, todo es más rápido con ellas, estos días son de mucho trabajo, afortunadamente, indica.
Para el día de la Candelaria, el 2 de febrero, aunque los domingos no trabaja, probablemente sí se tiene un pedido grande sí lo harán, pero sí hay mucho pedido.
Los tamales de doña ‘Cuata’ la del ‘Cojón’ son una tradición, que no se remonta a esos 30 años que tiene de venderlos, sino que evoca el recuerdo más bello de su vida, a su madre, que era una manera de celebrar una fecha especial y que ahora ella hace para que otras familias celebren esa fecha especial, indica mientras coloca la pasta de masa y los 5 camarones en uno de los tamales que serán el plato fuerte este 2 de febrero en algún hogar de Escuinapa o de las ciudades cercanas.