Nereida, el viaje que le cambió la vida y despertó sus temores
ESCUINAPA._ Nereida es una de las lesionadas del autobús que iba de Obregón a Guadalajara, un viaje que le cambió la vida y que despertó sus temores.
Llegó al lugar a bordo de una patrulla, junto con otros lesionados, cojeaba de un pié, pero se negó que la atendieran de momento, entre el caos solo observaba, mientras lloraba quedito.
Sus hijos esperan en casa, en Huatabampo, mamá ha tenido que salir en los últimos años para llevar mercancía de Guadalajara que luego venderá, es esta su opción de trabajo.
No ha querido avisarle a nadie de casa lo que ha ocurrido, teme asustar a su mamá, a sus hijos, no es fácil lo que esta viviendo, no puede coordinar que pasó, cómo es de un momento a otro la fiesta de ese autobús donde iban amigos, conocidos, se convirtió en una masa de fierros retorcidos.
“No supe ni cómo pasó todo, escuchamos el estruendo y luego todos iban hacia adelante, los cristales de la ventana tuvieron que quebrarlos, no pude salir, porque mi compañera tenía una herida en la frente y me dijo que no la dejara sola”, explica.
La herida sangraba, sintió que debía acompañarla, aunque no podía percibir entre la gente y la oscuridad, qué tan fuerte había sido el impacto, ni si había personas que habían fallecido.
“El peor temor que tiene uno cuando sale a carretera es lo que nos pasó, no me había dado cuenta de cómo estaba todo, hasta que salí, cuando vi todo feo, cuando empezaron a ayudarnos”, explica.
Trae el celular en su bolsa, el cual suena de repente. El hecho ya es noticia en Sonora, una de sus hermanas le llama, ella pide reiteradamente no decirle a su mamá lo que pasa, porque están bien, le explica mientras observa su cuerpo, no hay heridas.
Solo una pierna empieza a hincharse y ante la insistencia de paramédicos, finalmente accede a entrar, a compartir con sus compañeros, que están milagrosamente con golpes simples.