Miguel cumple promesa a su padre y a la Virgen del Rosario
ROSARIO._ Miguel Archiveck Saucedo, regresó al santuario de Nuestra Señora del Rosario donde una vez pidió el favor de la salud para su padre, pero en esta ocasión para cumplir la promesa de donar un vestido.
El vecino de Ciudad Obregón Sonora, recordó que fue alrededor del año 2019, cuando regresaban de unas vacaciones que llegaron a la ciudad, mientras apreciaba la imagen y el retablo recibió de su madre la noticia de que su papá se encontraba en el hospital.
“Habían desahuciado a mi papá, lo habían sacado del Seguro y de casualidad veníamos en un tour y llegamos aquí (el santuario); se bajaron a desayunar y ya yo me metí aquí a la iglesia y me senté ahí y le pedí con mucha fe, y cuál fue la sorpresa que mi papá ya estaba en la casa, cuando llegué ya estaba comiendo, parado, ya caminaba”, explicó.
Sobre la petición que le hizo a la virgen, expuso: “Que me lo prestara, déjamelo vivir pues más tiempo, y sí me lo concedió”.
Pese a la popularidad de esta advocación de la virgen, al grado de ser nombrado santuario, era la primera vez que conocía de ella, no obstante por el miedo de perder a su progenitor solicitó su intercesión.
Argumentó que el cuadro que encontró al llegar a la casa paterna contradecía lo que los médicos le habían dicho a su mamá, que tan solo duraría una semana.
“Y ya entré aquí y le pedí, me concedió el deseo, me duró 6 años más de lo que se esperaba. Cuando lo llevamos a la cita allá al doctor “Qué no se había muerto usted, ¿Por qué anda aquí caminando todavía?”, “Ya ve”, le dice, “Aquí ando dando lata todavía”.
Evidentemente emocionado, aseguró que los años de vida le permitieron aprovechar a su padre quien padecía varios males cardíacos, tras sobrevivir a un cateterismo, una operación a corazón abierto y un paro cardiaco.
Tras ver la respuesta a su súplica, expuso que en el año 2020 fue cuando regresó y solicitó al patronato pagar el favor asignando mayo del 2024.
Hoy a casi cinco años de la promesa, regresó junto a su esposa María Catalina Juárez Cota y su hija Joseline Denisse Archiveck Juárez para recoger la palabra empeñada.
“De corazón vengo y le doy gracias por el tiempo que me prestó. No hay palabras... Uta lo más bonito porque lo aproveché, lo gocé”, concluyó conmovido.