Los colores vivos que vestía Micaela se apagaron junto a la vida del bebé Brayan
ESCUINAPA._ En diciembre, Micaela llegó al valle de Escuinapa buscando un mejor ingreso para su familia y para su pequeño hijo que tenía poco más de 1 año.
Algunos de sus familiares ya radicaban en Isla del Bosque, entre estos, sus hijos de 18 y 20 años, hoy ellos esperan afuera de la agencia del Ministerio Público para regresarlos a casa, en la sierra de Nayarit.
Micaela y Brayan murieron de manera instantánea el domingo por la madrugada, pues el conductor presumiblemente en condiciones no adecuadas embistió la casa de cartón y lámina donde la mujer y su hijo dormían.
“Ellos vivían ahí cuando pasó eso, fueron a avisarle a sus hijos que vivían a unas cuadras, les dijeron que su mamá había muerto”, expresa uno de sus familiares.
Los hijos mayores de Micaela solo llegaron a confirmar el hecho, a observar una tragedia y a iniciar un camino que no pensaban, pues llegaron a estas tierras a tener la oportunidad que en la sierra no se da.
Desde el domingo dormir no ha sido posible, van de un lado a otro buscando respuestas; en el dolor tienen que enfrentar trámites y pensar si será posible llevarse a su hermano para La Guacamaya, la comunidad del municipio del Nayar de donde son originarios.
No quieren irse sin Brayan, los trámites exigen documentos, el pequeño no existía como ciudadano mexicano, no lo avala un acta de nacimiento, su madre no alcanzó a realizar ese trámite.
“Nos falta ese papel...los muchachos no quieren irse sin ellos, ella (Micaela) siempre lo traía con ella, a veces cuando se iba a trabajar en el chile (pizca) sí lo dejaba, pero casi siempre lo traía con ella”, señala su primo Silvino.
Las ojeras se muestran en sus dolientes, mientras esperan repasan sus manos sobre el morral que las mujeres de sus comunidades elaboran, la nuera de Micaela intenta dormir mientras espera saber cómo va el trámite.
La falda de colores que la muchacha porta hace que se evoque a Micaela de 31 años, ella también usaba sus vestidos de la etnia Cora, colores brillantes y flores bordadas en la parte baja de la falda.
Ella que parecía dormida cuando ocurrió la tragedia, vestía con una falda de colores vivos, flores moradas, flores tejidas en su tierra, a más de 12 horas de esta ciudad, flores de esperanza quizá para volver pronto a casa a dar a los que la esperan allá un poco del fruto de sus manos en el campo sinaloense.
Nada fue posible, a ella y a Brayan la esperan allá, sus padres, una hija más pequeña, a su encuentro viene un hijo mayor, con documentos que puedan acreditar que el bebé era su hijo y que los dos deben permanecer juntos como lo estuvieron siempre hasta el final.
Micaela y Bryan murieron de manera instantánea la madrugada del domingo, cuando un conductor originario de Chihuahua arrolló su cuarto de lámina y cartón que rentaban en Isla del Bosque, en las denominadas cuarterías.
El conductor fue detenido.