Irma lleva tatuada en el alma la lucha por los desaparecidos
Aunque la líder del colectivo ‘Tesoros perdidos hasta encontrarlos’ ya halló los restos de su hijo, asegura que sigue en pie de lucha por esas madres que siguen en la búsqueda.
15/03/2024
EL ROSARIO._ Así como Irma Arellanes Hernández lleva tatuado el nombre y foto de su hijo en su piel, además de la fecha en que desapareció y encontró sus restos en el alma, así lleva marcada la lucha para ayudar a familias a buscar a sus desaparecidos.
Sin titubear detalló cómo su hijo Irvin Alain Cortez Arrellanes desapareció el 7 de junio del 2017 y lo encontró en una fosa clandestina el 27 de junio del 2017, en Mazatlán, cerca de la piedrera en Miravalles.
“Así es, llevo las fechas tatuadas como lo llevo a él tatuado en mi piel”, agregó con serenidad al hablar de su hijo.
Al conocer el dolor y la angustia de tener un hijo perdido, refirió que eso la llevó a seguir y la impulsó al punto de llegar en la actualidad a encontrar 178 fosas clandestinas.
“La asociación la hice yo para mi hijo y para los desaparecidos. Entonces cuando empecé a buscar a mi hijo yo lo encontré a los 20 días, yo no sabía que era mi hijo, pero empecé a conocer a más mujeres, más personas se me empezaron a unir”.
Detalló que tras encontrar la fosa clandestina donde estaba su hijo, por la falta de certidumbre los restos fueron enviados a la fosa común, y tras el trámite para que se realizaran los estudios de ADN, le fueron entregados seis meses después .
“Todos tenemos historias diferentes, pero... ¿cómo le voy a decir a la señora ‘oye, ya encontré síguele tú’, si ellas no saben, no sabían nada”, expuso.
El encontrar a su hijo ha animado a otras mujeres a salir en busca de sus desaparecidos por lo que no puede, ni desea dar marcha atrás.
Sobre el impulso que las motiva ante las dificultades, abundó: “Son nuestros hijos, olvídate que el gobierno vaya a buscarte a tu hijo, no. Es cierto, está lo de desaparición forzada, la fiscalía, pero son muchísimos los desaparecidos”.
Subrayó en el llamado a la ciudadanía a tener empatía y evitar emitir juicios por su labor al conocer el dolor y la pena con la que salen a los campos a buscar a sus seres amados.
“Que la gente sea empática con nosotros nada más, que nos comprendan lo que nosotros estamos haciendo, muchas veces nos dicen que estamos locas, que porque el gobierno nos da dinero, no es cierto; a lo mejor estamos locas por buscar a nuestros hijos”.
