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Historia

Gladys encontró en sus hijas el sentido para luchar por su vida contra el cáncer de mama y el Covid-19

Gladys Yaneth exhorta a otras mujeres a realizarse los chequeos, ya que reconoció que un diagnóstico a tiempo puede ser de vida o muerte

EL ROSARIO._ “Me daban dos años de vida y ya llevo cinco limpia”; expresa orgullosa Gladys Yaneth Mora Camacho, después de compartir una larga lista de pérdidas y tipos de dolor que casi le hacían rendirse en su lucha contra dos padecimientos sumamente mortales, el cáncer de mama y el Covid-19.

La madre de familia confiesa con una sonrisa que el bastión para pelear literalmente por su vida fueron las ganas de vivir, la fe y el anhelo de ver crecer a sus tres hijas y ahora sus nietos.

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La vecina de Nieblas refirió que el bulto en su seno derecho lo detectó en junio del año 2018, pero le diagnosticaron mastopatía fibroquística, que se produce por la alteración de la hormona que genera la lactancia; luego de cumplir el tratamiento fue dada de alta.

No obstante, indicó, que en diciembre de 2018, empezó con nuevas molestias al sentir la mama rígida, el pezón hundido, al tiempo que la bolita ya medía 6 centímetros, además de perder la fuerza del brazo.

Fue a principios del año 2019 cuando recibió el diagnóstico de que el bulto en su seno derecho era cáncer de mama al recibir en Escuinapa la mastografía.

“El diagnóstico pues sí, yo creo que como a todos nos sorprende que te digan cáncer porque lo asimilas como un ‘me voy a morir’, tengo tres hijas que en ese entonces dependían de mí y estaban estudiando”, aseguró.

Con tan sólo 38 años de edad, expuso que apenas vivía el duelo propio de esta noticia cuando se dio la primera pérdida de seno con ganglios.

Recordó que estaba en la clínica tras la cirugía donde se pudo ver sin el seno en un espejo grande, tomó aire fuerte y lo soltó, con una serie de emociones encontradas.

“Puedes decir ya no soy sexy, ya no voy a gustarle a nadie, pero no, no pensé en nada de eso, me paré en el espejo y dije: ‘bueno, esta es mi guerra, estoy en una batalla, hoy me tocó perder un seno y no lo voy a ver como una pérdida sino como algo que no servía dentro de mí y Dios me lo quitó’, y me paré para adelante y lo que sigue”, agregó.

“Es un proceso duro, vino lo de la cirugía y después se vinieron seis quimioterapias que fueron pesadísimas, la verdad”.

Con los efectos del tratamiento médico a los cinco días, mencionó, llegó una pérdida más, el de las fuerzas y su cabello, que causó un profundo impacto en ella y en sus seres amados.

Destacó que al ver el impacto que fue para su familia la pérdida del cabello, para darles ánimo pidió una maquinita para quedar completamente rapada, entre las lágrimas de su madre e impedir que sus hijas se rapen pues sostuvo: “les digo ‘no, no, es mi proceso, no el de ustedes’, enfatizó.

Refirió que aunado al dolor emocional llegó el físico con seis quimioterapia, que a la tercera dosis deseaba no continuar al sentir que despedía un olor a quemado, dejando como resultado de ese proceso sus venas infiltradas y quemadas.

Otra etapa en este proceso donde buscaba ganar la lucha al cáncer fueron las radioterapias, que también lastiman su cuerpo y espíritu, ya que le dejaron, entre otros estragos, un pulmón quemado.

Cuando pensaba que lo peor había pasado y había quedado en el 2019, señaló que al año siguiente llegaría la pandemia del Covid-19, donde perdió a su mamá Juanita Camacho.

“Todavía no terminaba de recuperarme cuando se nos vino lo del Covid, y la verdad tenía un pulmón quemado, mis defensas bajas, fallece mi mamá de Covid y quedo grave yo. No sé cómo lo logré, pero lo logré”, destacó.

Compartió que el doctor que la ayudó en esta nueva prueba, cada día creía que no llegaría a la consulta por todo los estragos con que su cuerpo recibió la segunda enfermedad.

Confiesa que del proceso ha quedado la incertidumbre si volverá el cáncer, fibrosis pulmonar, una profunda depresión por las pérdidas que ha tenido que afrontar, pero aún con esto siguen sus ganas de vivir.

Exhortó a otras mujeres a realizarse los chequeos, ya que reconoció que un diagnóstico a tiempo puede ser de vida o muerte.

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Finalizó con una sencilla recomendación, realizar este proceso junto a tu familia o círculo de confianza para hacerse fuerte en los momentos difíciles.