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En Escuinapa, mueren envenenados el ‘Manchas’ y el ‘Towi’; piden se aplique la ley a responsable

El ‘Manchas’ era un gato de color amarillo con blanco, vivía en el mercado Miguel Hidalgo; mientras que el ‘Towi’ tenía su hogar en una familia

ESCUINAPA. _ Manchas y el Towi no se conocieron, uno creció en la calle y el otro en un hogar amoroso, uno era un gato, el otro un perro, al final compartieron el morir por envenenamiento.

El ‘Manchas’, un gato de color amarillo con blanco y ojos grandes, era protector, cuidaba a los demás gatos, unos que crecieron a su lado y otros más que también fueron abandonados en el mercado Miguel Hidalgo.

“Era un gato hermoso que vivía en el mercado, se resguardaba en uno de los puestos que están afuera, era cuidador de un grupo de gatos, muy bueno, manso, muy cariñoso, raro en los gatos de la calle que casi siempre son maltratados”, explicó una persona que suele dar comida a los animalitos de la calle.

Uno de estos días por la mañana, el Manchas corría desesperado entre los puestos, un hombre intentaba agarrarlo pues era evidente que estaba intoxicado.

El gato se fue a echar bajo uno de los puestos, donde se resguardaba, el hombre le dio leche e intentó poner en práctica los conocimientos tradicionales como darle vueltas, pero el animal pereció en el sitio.

“Hay quienes maltratan a los gatitos, los agarran con escoba, tirándoles cosas encima, mucha gente no los quiere y esa gente no sabe que el mercado está limpio de roedores gracias a ellos, nada más buscan quien les dé agüita y comida”, dijo la persona que los alimenta.

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El “Towi” también fue víctima del coraje de una persona que puso veneno para que lo comiera y muriera.

El Towi tenía 13 años, un hogar amoroso, a veces era llamado chocolate por su color café, para su familia era un perro dócil, que jugaba con los niños y que con el paso de los años había ido perdiendo el sentido del oído, explica su dueña Lupita Mora.

La semana pasada una vecina publicó en redes sociales la amenaza de envenenar a perros, pues un perro blanco había entrado a su casa y había matado unos gallos, por lo que el aviso estaba dado.

“El Towi ya estaba grande, escuchaba poco, pero tenía mucha vida, nosotros lo queríamos mucho, era el primero que me salía a encontrar cuando llegaba del trabajo, era dócil y amoroso con los niños y no es justo que lo hayan envenenado”, expresa su dueña Lupita Mora.

Su perro no fue a causar el daño, señala, pues no era blanco, pero, aunque lo hubiera hecho debieron señalar como se podía resarcir el daño, no matar a los animales cercanos.

Hasta el momento van cuatro perros envenenados y ella lo único que ha decidido hacer es llevar ante las autoridades a quien presuntamente es responsable de estas muertes.

“De verdad quiero que la autoridad actúe, que haga algo, es feo ver cómo se nos mueren animalitos que queremos, pero el veneno no solo ellos lo consumen, también puede ser un niño o una persona, no se vale”, señaló Lupita.