Elvia lleva 63 años endulzando el Día de Reyes con sus roscas en Rosario
EL ROSARIO._ Para Elvia Peraza Martínez, la cocina ha sido una pasión que ha desarrollado por 63 años, aportando el dulce sabor de sus roscas a los hogares rosarenses en la celebración del Día de los Reyes Magos.
Pese a la modernidad, asegura que se niega a trabajar sus creaciones en volumen, apostándole a imprimir el amor que tiene por este oficio en cada pieza, lo que ha propiciado que cada año sus pedidos oscilen entre las 50 a 80 roscas.
“Contenta que les gusten, porque les gustan, siempre he tratado de meter ingredientes de calidad para satisfacer a los clientes”, expresa.
Dicha calidad, señala, le ha abierto la puerta de muchos hogares a lo largo del año, ya sea con pasteles o banquetes.
La vecina de Rosario, de 80 años, es un ejemplo de superación, pues pasó de ser autodidacta para después capacitarse en repostería, al tiempo que se convirtió en maestra y sustento para su hogar y la formación de sus tres hijos.
Elvia narra que tenía tan solo 18 años cuando inició en la repostería al descubrir su gusto por la cocina viendo a una vecina, cuando vivía en la calle Ángel Flores.
“Todo el tiempo me gustó cocinar, primero empecé sola viendo a una vecina que hacía pasteles y después fui a un curso en la escuela Felton en Mazatlán”, dice.
A la par de este oficio, precisó que era conserje para después estudiar para maestra a los 20 años e iniciarse en la docencia, pero jamás ha dejado la cocina.
En el afán de mejorar en el arte culinario, con 25 años decidió capacitarse en repostería en un curso en la ciudad de Mazatlán en la academia Felton.
El tiempo que fue maestra, Elvia salía de trabajar, atendía su hogar y dedicaba su tiempo libre completamente a la repostería su tiempo libre.
Con orgullo menciona que vendiendo un pastel todos los días sacó adelante el estudio de sus hijos.
Con una mirada que parece regresar en el tiempo, manifestó que en el año 2009 se jubiló de la docencia en la escuela Morelos, ubicada en la ciudad, y a pesar de la insistencia de su familia de que deje la cocina, cada año dice que será el último.