Después de la violencia, El Trébol I busca volver a la tranquilidad
EL TRÉBOL I, Escuinapa._ La comunidad epicentro de la violencia en el sur del estado, aún se mantiene a la expectativa, intentando armar entre los relatos lo ocurrido durante la mañana del jueves 5 de enero.
Era una mañana que parecía tranquila, los jornaleros salieron a sus labores al campo, en el valle del municipio, a las parcelas y marismas, otros más se quedaron en casa, no creían que iba a llegar la réplica de actos violentos a la comunidad, menos que en ese lugar moriría un general.
Alrededor de las 11 de la mañana, la quietud de la pequeña comunidad, que no llega a mil habitantes, se paró, los disparos empezaron a sonar, sin parar, cerraron puertas y algunos decidieron echarse al piso.
“No sabíamos que pasaba, no pensábamos que esto llegaría a tanto, sí supimos de un carro quemado y dijimos puede empeorar, pero lo que no creíamos es que todo fuera aquí, de pronto nos tocaban la puerta y decían ‘¡abran! ¡abran!’, que íbamos a abrir, nos replegamos a la casa”, expresa uno de los habitantes.
El pueblo quedo en el fuego cruzado entre un cerro y la carretera federal México 15, donde los militares que venían de apoyo desde Nayarit, fueron emboscados, así lo señalan, para ellos los balazos empezaron desde un cerro o el monte con objetivo directo a las fuerzas armadas.
“Desde el cerro estaban tirado, unos llegaron y dejaron las camionetas abandonadas para subir rápido el cerro, corriendo, desde ahí siguió el combate, los militares después subieron, el helicóptero llegó como a las 2 horas y empezó a disparar al cerro”, dijo otro de los vecinos.
Después del paso del helicóptero, la calma empezó a llegar, pero no pudieron salir de casa, la comunidad fue tomada prácticamente por el Ejército Mexicano, no supieron tampoco ayer que había sido abatido un Coronel de Infantería pero ahora asumen que quizá eso ocasiono la guerra.
Y mientras en la comunidad el jueves negro se relata, en la carretera federal quienes logran transitar por esta vía libre de mucho tráfico, se paran a observar la cantidad de casquillos percutidos que brillan entre el sol.
Algunos los recogen, ven el calibre, uno muestra una bala no percutida, de la que denominan es una M4, mientras supervisan la zona, buscan dar hilo a lo que es su película de los hechos.
“La gente ya los estaba esperando, aquí se ve resto de latas de atún, los agarraron cerquita a los soldados, dicen que nada más se oía como sonaban las balas, en todos lados hay tiradas, fíjese bien”, expresa un paseante.
En sus manos quedan esos casquillos, se las llevaran de recuerdos quizá, de ese día en que se paralizo un estado.