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Arte

Cesárea honra a su madre en cada palma que tejen sus manos

Tenía apenas 6 años cuando su mamá Alicia Ortiz le enseñó el oficio que requiere talento tanto para darle una vistosa forma a la palma como para ofrecerla a los feligreses
13/04/2025 13:35

EL ROSARIO._ Son ya 60 años los que Cesárea López Ortiz tiene en el oficio de tejer y vender los cogollos o palmas en la celebración del Domingo de Ramos, siguiendo el oficio que heredó de su mamá, y su mamá de su abuela, al tiempo que asegura que honra a las matriarcas de su familia en cada tejido.

“Yo este trabajo lo hago como si viviera mi madre... es un homenaje para mi madre, por eso lo hago con mucho gusto”, expuso con la voz entrecortada.

Mientras hábilmente teje un palma, recordó que tenía apenas 6 años cuando su mamá Alicia Ortiz, le enseñó el oficio que requiere talento tanto para darle una vistosa forma a la palma como para ofrecerla, tal como a su vez les mostró una vez su abuela Trinidad.

“Por mi abuelita, mi mamá, descendencia... (Empecé) uuuh, como desde los 6 años, empecé a tener conocimiento”, sostuvo.

Refirió que sus hijos le piden que deje ya este oficio y descanse, ella se rehúsa afirmando que siente la necesidad de dar continuidad al legado de su madre.

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La vecina con raíces en Matatán y Las Habitas, refiere que toda la vida a acudido a vender al Santuario de Nuestra Señora del Rosario.

Llegan en vehículo a las 5:00 horas y se retira hasta 20:00 horas que es la última misa, anteriormente caminaban con las palmas desde Las Habitas, una noche antes, hasta llegar a la cabecera.

No obstante, refirió que en sus inicios venían en ocasiones de Matatán y otras de Las Habitas caminando para llegar un día antes y estar a temprana hora para ofrecer la palma en el templo y diferentes procesiones.

Como parte del oficio, refirió que con dos semanas de anticipación la palma se empieza a conseguir en comunidades serranas del municipio, entre las que mencionó Jalpa, Maloya y La Tebaira.

Elaborar una palma en tejido o con una cruz le lleva un momento, pues sus manos además saben elaborar petates.

“Un ratito, sí ya (cuenta con habilidad en las manos), sabemos tejer petates y éste es como que tejes un petate, igual”, concluyó.