Amor de abuelos: el inspirador viaje en triciclo de Juan, Susana y María Natali
EL ROSARIO._ Preocupados por la educación de su nieta María Natali, a bordo de un triciclo acondicionado por su abuelito Juan Rendón, y en compañía de su abuelita Susana Zamora, todos los días la niña acude a su escuela. Sin pretenderlo, se han ganado la admiración de chicos y grandes al verlos como un ejemplo del amor de los abuelos.
Susana, quien es la más expresiva de los tres, comparte que este ha sido un ritual que realizan con su nieta, que ahora cursa primero de primaria, desde que estaba en preescolar, convirtiéndose en el motor de sus vidas.
“Nosotros la cuidamos, desde bebé ha estado con nosotros, primero en el kínder y ya ahorita se integró a la escuela... Es el motivo de uno, que le dan a uno pa’ vivir, dijera, pues estamos solos y ella es la única compañía que tenemos”, asegura la abuelita.
Reconoce el sacrificio que hace su esposo por ellas, ya que son muchas las dolencias que lo aquejan, principalmente de las rodillas y el diabetes.
“Pues que algún día nos dé más que un vaso de agua. ¿Nos vas a cuidar verdad mi niña?”, agrega Susana.
Los papás de la pequeña cada mañana salen a trabajar al puerto de Mazatlán, por eso ellos los apoyan llevándola a la escuela.
Ellas arriba del triciclo y don Juan empujando o pedaleando, arrancan desde su hogar en la colonia Valle Nuevo para transitar por la Avenida de los Deportes hasta la escuela “Niños Héroes” en la colonia Marcelo Loya, tanto para ir a clases como a la salida.
Don Juan, un adulto de pocas palabras y muy bromista, que rompe su expresión protectora con una sonrisa, afirma tener 75 años y acondicionó el triciclo con un asiento y techo para comodidad de “su mujer”.
“Ahí ando con esta... Pues porque es mi mujer y por eso, yo ando bien aquí. Bueno, es un sacrificio porque necesito una moto”, expone rompiendo su expresión de seriedad.
Originario de la comunidad de La Estación, asegura que hace 35 años Susana se lo robó para formar una familia con cinco hijos de los cuales la más chica es mamá de María Natali.
El transportarlas para Juan es casi un deber pues enfatiza que es su mujer por lo que no la puede dejar andar a pie.
A pesar de que evita hablar de sus sentimientos como jefe de familia, reconoce: “Es el cariño mío el traerlas, las traigo diario a los mandados, a todo”.
Hace 15 años adquirió el triciclo, principalmente para transportarse, para los mandados o juntar botes de aluminio, y ganarse un oficio.
A pesar del tiempo y de que cuesta confesarlo, don Juan sigue siendo un caballero con su esposa movido por el amor que los unió.
Por su parte María Natali, de tan sólo 6 años, con admiración y cariño reconoce el profundo amor que hay de parte de sus abuelos ante sus cuidados.
