¿Quién se encargará de encender el pebetero en el Estadio Olímpico de Tokio 2020?

Se especula con la posibilidad de que la persona escogida para encender el pebetero olímpico el día 23 pueda ser un superviviente o alguno de los desplazados por el tsunami o la crisis nuclear de Fukushima
22/07/2021 10:32

TOKIO._ Cuando resta un día para la ceremonia de inauguración de los Juegos Olímpicos de Tokio 2020 sigue en el aire una pregunta: ¿quién encenderá el pebetero? El misterio no se resolverá hasta el último momento, pero hay varias especulaciones.

Pese a que los organizadores han pedido que no haya filtraciones, se baraja que el encargado de alumbrar el pebetero pueda ser alguien vinculado al desastre natural de 2011 en el noreste del país, una mujer deportista para disipar el descontento sobre la paridad, o una iniciativa tecnológica para ilustrar el potencial nipón.

$!¿Quién se encargará de encender el pebetero en el Estadio Olímpico de Tokio 2020?

LOS JUEGOS DEL MILAGRO JAPONÉS

Cuando Tokio acogió sus primeros Juegos Olímpicos, los de 1964, un joven Yoshinori Sakai, de 19 años, protagonizó el emotivo momento del encendido del pebetero con la llama olímpica tras el relevo.

Sakai recorrió los metros finales del recorrido cargando no sólo con la antorcha en su mano, sino con ser un baluarte de esperanza, paz y simbolizar la milagrosa recuperación de Japón de la miseria tan sólo dos décadas después del fin de la Segunda Guerra Mundial.

Natural de Hiroshima, Sakai fue escogido entonces, entre otros factores, por su nacimiento: el 6 de agosto de 1945, el día en el que la bomba atómica fue arrojada sobre la ciudad del oeste nipón. El alumbrado del pebetero fue un acto icónico que marcaría una nueva etapa de la historia japonesa y de la imagen internacional del país.

LOS JUEGOS DE LA RECONSTRUCCIÓN

Los medios locales especulan con la posibilidad de que suceda algo similar en esta ocasión y que, como entonces el encendido del pebetero se convierta en un símbolo de otra recuperación, en este caso la del desastre natural y nuclear de marzo de 2011.

Desde que Tokio fuera escogida como ciudad anfitriona en 2013 y antes de que el Covid-19 lo empañara todo, con un aplazamiento sin precedentes y salpicando cada milímetro de la organización de los rebautizados “Juegos de la pandemia”, el objetivo era que la cita sirviera como escaparate de la reconstrucción del noreste nipón.

Los Juegos de Tokio se promocionaban hasta hace no tanto como “los Juegos de la reconstrucción” y por ello se especula con la posibilidad de que la persona escogida para encender el pebetero olímpico el día 23 pueda ser un superviviente o alguno de los desplazados por el tsunami o la crisis nuclear de Fukushima.

No en vano, cuando el relevo de la antorcha comenzó a finales del pasado marzo, el mes de la tragedia, partió del complejo J-Village, usado como centro de operaciones para gestionar la crisis atómica.

DESPLIEGUE TECNOLÓGICO

La única declaración de intenciones clara sobre el encendido del pebetero fue la que hizo Cartivator, un grupo formado por destacados ingenieros del país asiático, allá por 2017, cuando mostraron su deseo de que su vehículo volador SkyDrive fuera el encargado de encender el pebetero en la ahora inminente ceremonia inaugural.

La empresa recibió una importante inversión de uno de los principales patrocinadores de la competición, el fabricante de vehículos Toyota, cuya postura hacia los Juegos se ha enfriado paulatinamente tras el costoso aplazamiento, el veto a los espectadores y la expectación ambigua entre los japoneses.

El gigante automotor ha anunciado que no emitirá anuncios televisivos sobre los JJ.OO. en el archipiélago nipón (aunque sí fuera) por considerarlo “inadecuado”, dada la situación del Covid en Japón, y que ningún ejecutivo de alto nivel, incluido su presidente, asistirá a la ceremonia de apertura del viernes.

A él se han unido otros nombres como Panasonic, Fujitsu o NTT, que buscan desvincularse en lo posible de la publicidad negativa en torno a los Juegos, que parte de la opinión pública nipona ve fuera de lugar en medio de la crisis sanitaria y los obstáculos que está encontrado la campaña de vacunación del Covid-19 en Japón.

Estas ausencias entre los patrocinadores, que junto a los miembros de la familia olímpica, competidores y otras personas involucradas en los Juegos serán las únicas presentes en la inauguración, limitará todavía más la presencia de público en un pistoletazo de salida agridulce para deportistas y aficionados.

Según las cifras oficiales proporcionadas por la organización, aproximadamente 950 personas asistirán a la ceremonia, de las que apenas 150 serán en representación japonesa.