Amigo lector de Noroeste, ¿se ha preguntado qué nos pasa a los humanos en lo que se refiere a disciplina para los cuidados de la salud? Muchos animales se preparan para la escasez (el oso para invernar consume nutrientes para aumentar la masa grasa, algunos peces se encierran en lodo para el tiempo de sequía, el pingüino macho cuida del huevo y en su caso de pingüino hijo, hasta que regresa el pingüino hembra). Ejemplos hay muchos, luego entonces por qué el ser humano nos creemos superiores al resto de los seres vivos, somos tan indiferentes a las situaciones que ponen en riesgo la salud.
Por ejemplo, si vemos malos ejemplos en nuestras autoridades o en la sociedad, hacemos lo mismo, aun sabiendo que está mal, nos mostramos apáticos o lo dejamos “ahí se va”. Claro, esto no es a todos.
En lo que toca a la salud personal, igual, si sentimos algún malestar lo dejamos al mañana (pero el mañana nunca llega), pero cuando ya no se soporta la incomodidad vamos o “nos llevan al profesional”, y queremos aliviarnos de un día para otro. Esto es muy difícil, ya que una es quitar el dolor y otra el sanar.
Bueno, pues para la rodilla no cambia esto, ya que cuando se siente alguna incomodidad en la articulación se le deja al tiempo, pero lo que se deja al tiempo “al tiempo se le queda”, recurrimos a remedios caseros, lo que indica el vecino, o lo que tomó otra persona para el dolor de rodilla y se “alivió”, pero sepa que las rodillas tiene múltiples estructuras que se pueden lesionar y dar sintomatología parecida.
La rodilla es una estructura que está formada por el fémur, tibia, peroné y el componente capsulo-ligamentario. Este complejo al lesionarse puede ser cualquiera de las estructuras (hueso o tejido blando), es muy raro que se lesione sólo una estructura, por lo tanto, se debe evaluar qué estructuras se lesionaron, y si sabemos el mecanismo de lesión, podemos indicar el manejo de la lesión y dar el probable pronóstico de la articulación, así como la vuelta a la actividad física o al trabajo.
Para realizar el diagnóstico de la lesión es fundamental la clínica, mediante el interrogatorio y la exploración, la realización de estudios de gabinete, como la radiografía, donde se verá alteraciones en hueso.
El ultrasonido realizado por profesionales con experiencia en tejido blando es una excelente herramienta diagnóstica para detectar lesiones tendinosas, ligamentosas, musculares y puede diferenciar desgarros completos e incompletos, tejido cicatrizal y tejido de granulación. También es posible diferenciar por este método las bursitis hemorrágicas de las de fricción y estudiar las alteraciones intraarticulares, pues puede estimarse la cantidad del líquido intraarticular, hemartrosis, cuerpos libres intraarticulares y obtener mediciones del grosor del cartílago y de la sinovial, siendo un método excelente para evaluar la efectividad del y la progresión de la enfermedad. También el ultrasonido está indicado para el diagnóstico de quistes sinoviales, ganglios, aneurismas poplíteos y trombosis venosas profundas.
La resonancia magnética es una herramienta diagnóstica que nos confirma el diagnóstico en daños a tejido blando, como son meniscos, ligamentos, etc.
Una vez que se tiene la certeza del diagnóstico se inicia con el tratamiento, éste puede ser desde conservador hasta quirúrgico.
Bien amigo lector de esta columna, está prohibido bajar la guardia, siga las indicaciones del Sector Salud, si usted hace caso, el único beneficiado es usted, lávese las manos, use careta o lentes, póngase el cubreboca, guarde distancia mínimo dos metros de distancia, si se queda en casa, cuídese también, ya que si existe un enfermo en casa existe la posibilidad que todos se contagien, por lo tanto, aísle al sospechoso. La experiencia nos dice que el no cuidarse en casa está aumentando los casos y las muertes en la familia.