"AMA descubre prácticas para alterar pruebas de dopaje en halterofilia gracias a confidentes"
Como resultado, 18 levantadores de pesas de seis países -que la AMA no concreta- han sido identificados mediante pruebas de ADN como sospechosos de cambiar su orina por la de otras personas. Estos casos se trasladarán a la Agencia Internacional de Control (ITA), autoridad independiente que se encarga ahora de la gestión antidopaje y a la que está suscrita la Federación Internacional de Halterofilia (IWF).
“Es como entrar en una prisión y encontrar gente inocente. Hay excepciones, pero en nuestro deporte la excepción es una entre un millón”, dijo a la AMA un confidente sobre el alcance generalizado del dopaje en esta disciplina.
Entre las prácticas descubiertas por la AMA en cuatro investigaciones que comenzó su departamento de Inteligencia en 2017 figuran: uso de dispositivos urinarios sintéticos para intercambiar la orina sucia por orina limpia, uso de atletas “limpios” como dobles para proporcionar muestras en lugar de los atletas dopados, uso de hormonas de crecimiento indetectables, uso de transfusiones para limpiar la sangre antes de competir, programas de dopaje proporcionados por parte de entrenadores, sobornos de funcionarios para proteger a los atletas, aviso previo a los deportistas que iban a ser controlados e, incluso, “un entrenador que dopó a deportistas de diferentes naciones actuando como consultor en materia de dopaje”.
Además, los confidentes coincidieron en “el miedo a hablar y a las consecuencias” que tendría para sus carreras levantar la voz contra el sistema. Los deportistas limpios tienen la sensación de estar “abandonados”.
Según los detalles revelados este jueves por la AMA, las investigaciones demuestran que el dopaje en la halterofilia “se extiende más allá de los deportistas y cuenta con el apoyo o la complicidad de personal de apoyo, entrenadores y oficiales”.
“Dicho esto”, subraya la Agencia, “es importante recordar que existen levantadores de pesas, entrenadores y oficiales limpios. Estos individuos y sus organizaciones desean competir en un terreno de juego justo”.
Para darles confianza en la denuncia de la trampa, son imprescindibles “reformas” que acaben con “la cultura omnipresente del silencio”.
La AMA estudió en dos de las investigaciones los casos concretos de Rusia y de Rumania, pero las otras se extienden a diversos países.
Estas revelaciones llegan dos semanas después de que el COI diera un toque de atención a la IWF por la lentitud de sus reformas en materia de gobernabilidad y de política antidopaje y en la semana siguiente a que diversas maniobras internas llevaran al organismo a tener tres presidentes distintos en el curso de cuatro días.
El pasado mes de mayo dimitió como presidente el húngaro Tamás Aján, hombre fuerte de la Federación durante 40 años y que la convirtió en “un nido de corrupción al más alto nivel”, según un informe posterior del abogado canadiense Richard McLaren, el mismo que investigó para la AMA la trama rusa de dopaje.
El COI ha advertido de que están en peligro “el papel y las cuotas para la halterofilia en los Juegos de París 2024”. En Tokio 2020 ya hay casi una veintena de países con su participación limitada por reiterados casos de dopaje.
La AMA, que no tiene poder legal para actuar ante las infracciones descubiertas, ha conminado a las nuevas autoridades de la IWF, que deben aprobar una reforma estatutaria y elegir presidente, a tomar medidas para acabar con “este arraigado mal”.
El testimonio de otro confidente resume el panorama de la halterofilia en los años recientes: “Vi desde temprana edad cómo los jóvenes usaban esteroides. Hoy, aquellos antiguos usuarios son los mismos que hablan de una nueva era de limpieza en la halterofilia. No quería empezar a entrenar porque sabía que algún día me encontraría con este dilema: perder o consumir esteroides para ganar”.