"Un estadio para vivir el futbol"
Ariel Noriega
MAZATLÁN._ Amanece en Mazatlán y de la oscuridad, rota por los primeros rayos del sol, emergen los colores de su nuevo equipo de futbol profesional, el Mazatlán FC.
Pero para jugar al futbol hace falta un espacio y el puerto se luce para presentar una joya diseñada con lo mejor de los estadios de futbol modernos, coronado con una membrana blanca que recuerda la espuma sobre las olas del mar.
Y desde el mar, una corriente de viento se eleva y llega hasta el coloso para entrar a chorros por un túnel que baña el césped sobre el que se escribirá la historia del gran futbol en el puerto.
Rodeado por butacas de color verde que repiten el color del césped, lo primero que sorprende del estadio es la cercanía de la cancha con los espectadores, el estadio del Mazatlán FC será un espacio único, donde se podrá vivir el futbol.
Estadio del Mazatlán FC, a un paso de quedar listo para el debut en la Liga MX
Lo mejor
Construido cuando nadie más en México le apuesta al deporte, Mazatlán presentó al resto del País su estadio, atrayendo las miradas de los profesionales del futbol, el sueño de la Primera División.
El estadio fue diseñado con lo mejor de la ingeniería de los estadios modernos, los 25 mil asistentes que accedan al estadio tendrán una buena visión de lo que sucede en la cancha desde cualquier lugar.
La imagen del Mazatlán FC es revelada a través de redes sociales
Incluso, los asientos de la parte más alta del estadio, aquellos que generalmente son baratos por la distancia de la cancha, aquí ofrecen una gran perspectiva del campo deportivo.
El acceso al estadio es otro de los atractivos de los estadios modernos, el espectador entra por la rampa indicada en su boleto y estará rápidamente en su asiento, atrás quedaron las largas caminatas, túneles o interminables escaleras para llegar a su asiento.
De cuatro niveles, el estadio cuenta con un sótano de fácil acceso donde se encuentran los vestidores y las oficinas administrativas del coloso, mientras los tres niveles restantes son para los espectadores.
Decisivo
Numerosas ciudades de México sueñan con contar con la presencia de un equipo de futbol de Primera División, un espectáculo que atrae las miradas del mundo y que convierte a la plaza en un destino natural de espectáculos de nivel internacional.
Además de contar con las especificaciones de la FIFA, el máximo organismo rector del futbol en el mundo, el estadio ofrece una enorme ventaja al equipo que beberá de la identidad mazatleca, permitirá comenzar de nuevo en todos los sentidos.
Una de las grandes cualidades de un estadio nuevo consiste en la posibilidad de comercializarlo al 100 por ciento, algo imposible para los equipos que juegan en estadios antiguos, donde generalmente grandes espacios de los estadios tienen diferentes dueños.
El estadio del Mazatlán FC cuenta con 39 palcos con capacidad para 15 personas, con butacas en tres niveles y una sala de 24 metros cuadrados, que incluye un baño.
Además, el nuevo estadio contempla una zona para venta de alimentos que rodea a los espectadores, de tal manera que bastará con caminar un poco para tener al alcance comida y bebida, desde cualquier lugar donde se encuentre.
La zona de sanitarios es otra de las cosas que sorprende en el estadio, a diferencia de los lejanos y escasos baños de los estadios viejos, en el estadio porteño hay instalaciones que rodean toda el área de espectadores.
El corazón del coloso
Y en el centro del estadio, mirando al cielo azul del puerto, una alfombra verde palpita, se alista para la magia que recorrerá su césped, todavía virgen.
Cuentan que los primeros en llegar al estadio no fueron los jugadores que intentarán hacer historia sobre su campo verde, ni siquiera los administradores, los primeros en llegar fueron los jardineros, los responsables de que la cancha permita que corra el balón, que los futbolistas no se lastimen, son los sembradores de los recuerdos, los jugadores anónimos.
El césped es tan importante en un estadio de futbol que se le mima con exageración, nadie puede pisarlo, no cuando se encuentra en silencio y sus jugadores, aquellos que serán amados por la fanaticada, todavía no llegan.
Por las gradas corre el silencio, pero el estadio de Mazatlán fue construido para el ruido, para los cantos, para los aplausos, para el niño que hoy se entrena pueda soñar con atravesar ese campo y levantar los brazos para hacer feliz un puerto.
Un mazatleco ha construido un estadio, ahora solo hace falta que el resto de los mazatlecos lo hagan suyo, lo demás…, lo demás será historia.