"El Tata Martino cierra el año con una efectividad del 90% como entrenador de la Selección Mexicana"
CIUDAD DE MÉXICO._ Hombre de perfil impasible, Gerardo Martino llegó al futbol mexicano con altas expectativas.
El estratega argentino no ha decepcionado desde tomó las riendas de la selección de México a inicios de año.
Ex técnico de su país y del Barcelona español, el “Tata” vive el mejor arranque en la era de un entrenador al frente del equipo mexicano, además de que ganó el único torneo oficial que disputó, la Copa de Oro.
La conquista del campeonato de la Concacaf revistió un significado especial.
Al frente de selecciones, las decepciones se habían ensañado con Martino. Su cuarta oportunidad fue la vencida tras perder las finales de la Copa América, con Paraguay en 2011, y dos sucesivas con Argentina en 2015 y 2016.
En México ha puesto en marcha un recambio generacional, proceso que sólo fue manchado con una goleada 4-0 a manos de Argentina.
“En ninguna circunstancia le pondría brillante a un trabajo mío, pero podría ser un poco más expresivo si hubiéramos agregado en medio de todos estos partidos alguno más de los de primer nivel, para saber si lo de Argentina es una realidad que tenemos que vivir y sobre la cual hay que mejorar, o fue una mala noche con errores puntuales”, comentó Martino sobre ante la Albiceleste, en un partido en el que no estuvo Lionel Messi.
Martino cerró el año con una efectividad del 90 por ciento, al ganar 15 de los 17 partidos que dirigió para superar la marca del colombiano Juan Carlos Osorio, quien arrancó el ciclo pasado con un 85 por ciento.
El Tri sólo ha empatado un partido y tiene como único revés el de Argentina.
Pero los logros de Martino van más allá de la estrategia en los partidos, el entrenador logró ser escuchado por los dueños del futbol local, quienes aprobaron recientemente la reducción de jugadores foráneos en la liga para darle más oportunidad al talento joven, algo que en el papel le servirá al estratega para tener una baraja más amplia de jugadores para echar mano pensando no sólo en el Mundial de Qatar 2022, sino en el de 2026.
En Rusia 2018, México tuvo una de las nóminas con el promedio de edad más elevado, con una media rondando los 29 años. Martino tenía la misión de reducir ese promedio.
Lo ha logrado al convocar a jugadores de las selecciones juveniles entre los que destacan José Juan Macías, Sebastián Córdova, Carlos Rodríguez, Cristian Calderón, Jorge Sánchez y Uriel Antuna en una selección que ahora ronda los 25 años.
“En la próxima fecha FIFA de marzo tendremos probablemente la mitad de los futbolistas por debajo de los 23 o rondando esa edad, así que siempre con el plantel que tenemos la idea será la de combinar a los más grandes con los más jóvenes”.
En esa fecha FIFA, Martino podrá cumplir uno sus deseos de enfrentar a rivales de mayor jerarquía.
Ésa es una de varias peticiones que el entrenador pudo hacer a los dueños de los equipos de México, que juntos toman todas las decisiones, pero su mayor logro hasta ahora fue reducir el número de jugadores foráneos en la liga, un tema que cobró fuerza luego de que México alcanzara el subcampeonato del Mundial Sub 17 de Brasil, el segundo de una historia que además incluye los títulos en Perú 2005 y México 2011.
Muchos, incluyendo a Martino, se preguntan por qué ese éxito en inferiores no se puede repetir en las siguientes etapas para que los mexicanos lleguen, por lo menos, a unos cuartos de final en un Mundial fuera de casa.
Una teoría que se repite incesantemente es que los jóvenes no encuentran lugares en la máxima categoría por el exceso de jugadores no nacidos en el país.
A principios de este mes, los dueños del futbol mexicano aprobaron de manera gradual la reducción de extranjeros en la Liga MX, hasta quedar en un total de nueve, con siete en el terreno de juego, para la temporada 2022-2023.
“Creo que con él se van a alcanzar los objetivos. El Tata Martino está haciendo bien las cosas, hay que darle todo el crédito y el mérito; se necesita seguir trabajando, se está en buenas manos y va por buen camino”, dijo el ex capitán de la selección mexicana, Rafael Márquez. “Pero queda mucho por hacer y se necesita trabajar más”.