La última vez que vi a Rubén Amaro, fue en febrero del año pasado, en el showcase que reunió a buscadores de más de 20 organizaciones, aquí en Mazatlán.
Como buscador de los Astros de Houston, Amaro venía tras la firma del prospecto tijuanense Tirso Ornelas, que finalmente quedó en manos de los Padres de San Diego.
No lucía muy bien, Rubén, pero mantenía su característico optimismo.
“Tengo cáncer de próstata, pero ahí la llevamos”, me dijo ese día.
Lamentablemente, el hijo del “Canguro” sobrevivió apenas poco más de un año, y murió ayer en Miami, a los 81 años.
Amaro fue el décimo mexicano en debutar en las Grandes Ligas, cuando en 1958, a los 22 años, jugó para Cardenales de San Luis. Las siguientes seis temporadas estuvo con Filadelfia, tres más con Yanquis, y en su último año, 1963, defendió la franela de Serafines de California.
Un paracorto de manos privilegiadas, Amaro fue Guante de Oro en la Liga Nacional, en 1964.
Miembro del Salón del Beisbol Mexicano y de Cuba, Amaro ingresó en noviembre de 2015 al Recinto Histórico de los Yaquis de Obregón, para quienes jugó un par de temporadas, en la Liga de la Costa del Pacífico.
Para los Tomateros de Culiacán jugó en las temporadas 1969-70 y 1970-71.
En la 1971-72 estuvo como mánager-jugador, y llevó a los Tomateros a la final contra Algodoneros de Guasave, que perdieron en seis juegos.
Descanse en paz, el gran Rubén Amaro.
Cero debutantes mexicanos
El camino a las Grandes Ligas para los mexicanos, luce cada vez, más intrincado.
Mientras hay expectativas para que debuten de dos a tres este año, ninguno lo hará, al iniciar la temporada.
Entre los candidatos figuran Giovanny Gallegos, Héctor Velázquez, Christian Villanueva, Alex Verdugo y quizá, Jake Sánchez.
Nadie más.
En los últimos dos años, debutaron siete mexicanos, tres el año pasado.
En 2015 llegaron Roberto Osuna, Arnold León, Daniel Castro y Manny Bañuelos.
Y el año pasado, Julio Urías, César Vargas y Luis Cessa.
Pero de todos ellos, sólo iniciará Osuna, mientras Urías se unirá a los Dodgers, a principios de abril.
Esta camada de novatos, llega después de una sequía de cuatro años (2011 a 2014), en la que sólo un pelotero azteca (Alí Solís), alcanzó el Big Show.
Cifras que palidecen si retrocedemos a los 90, cuando en el período de 1995 a 1997, se dio el debut de 16 mexicanos, incluyendo un record de nueve, en 1995.
Estos fueron:
Esteban Loaiza, Karim García, Juan Gabriel Castro, Isidro Márquez, Antonio Osuna, Juan Acevedo, Octavio Álvarez, Andrés Berumen y Noé Muñoz.
Les siguieron en 1996, Francisco Córdoba, Elmer Dessens y José Silva.
Y en 1997, Ricardo Rincón, Mario Valdez, Dennis Reyes y Rigoberto Beltrán.
¿Qué ha cambiado de entonces a la fecha?
Pues nada.
El deporte se ha vuelto más universal, y ahora vemos en las Grandes Ligas, peloteros de una gran variedad de países, que hasta hace poco no existían en el mapa beisbolero.
La competencia es mayor, y esto implica también, un mayor esfuerzo.
Esperemos que el gran número de mexicanos, que ahora se abren paso en las ligas menores, no pierdan de vista su objetivo, y luchen sin descanso, para alcanzar su sueño.
Hasta la vista
Y ahora, estimados lectores.
Con su permiso.
Me dispongo a disfrutar de unas vacaciones, quizá no merecidas, pero sí, necesarias.
Créanme, amigos nuestros. Los extrañaré.
¡Gracias Noroeste!
¡BUENOS DÍAS!
Jrobertoriveros@hotmail.com