Firma de Carlos Correa: ¿Un antes y después para los Mellizos?
Antes del receso de temporada 2019-2020, el mayor contrato que habían otorgado los Mellizos a un agente libre había sido de cuatro años y 55 millones de dólares, al lanzador dominicano Ervin Santana, antes de la campaña del 2015.
Ya sea porque el club se veía renuente a gastar por un jugador de lujo o porque simplemente no podían convencer a los mejores exponentes para que firmaran con Minnesota – o ambas – sencillamente el club no había tenido que ir profundo en sus bolsillos.
Pero ahora, en dos inviernos, los Mellizos han otorgado un contrato de seis años y 200 millones al puertorriqueño Carlos Correa y una extensión por siete años y US$100 millones a Byron Buxton.
Entonces, ¿ha cambiado la percepción de la organización?
“Significativamente”, dijo el agente Scott Boras. “Desde mi punto de vista, yo solía decir esto sobre Minnesota: ‘Minnesota es una franquicia del top 10’. Gran ciudad. Tiene de todo”.
Claro, muchos factores coincidieron para que se dieran estos pactos. De no ser por el historial de lesiones de Buxton, tal vez no hubiese firmado por ese precio. Y de no ser por la saga que tuvo el puertorriqueño en esta agencia libre, tal vez no hubiese estado disponible para Minnesota.
Pero el compromiso de los Mellizos rindió dividendos en ambos casos, sin importar las circunstancias. Sin embargo, las percepciones no cambian de la noche a la mañana. Toma tiempo. Pero, ciertamente, estos son pasos válidos en ese objetivo.
“Al final, estamos aquí para ganar y Carlos es una pieza bien importante para ello”, dijo el director ejecutivo, Joe Pholad. “Estamos intentando mejorar cada vez más. Queríamos que Carlos fuera parte de esto, así que esa es la meta definitiva”.
¿Servirá todo esto para cambiar la manera en la que los agentes libres suelen ver a Minnesota? Sólo el tiempo podrá decirlo. Pero se necesita mucho compromiso de ambos lados para concretar este tipo de acuerdos.
“Habrá una respuesta. Tanto a nivel competitivo como en la asistencia”, dijo Boras. “De pronto, creo que cambiará la perspectiva, por tener a chicos como Carlos haciendo esto. Van a tocarle la puerta al dueño y a los jugadores, diciendo: ‘Queremos competir’”.