Enrique Hernández se reencuentra con un viejo conocido en la Serie de Tokio
En el invierno del 2016, el utility Enrique “Kike” Hernández, acababa de terminar su segunda temporada con los Dodgers. El puertorriqueño todavía no era el héroe de postemporada que ahora todos conocen en Los Ángeles. Entonces, en ese invierno, regresó a Puerto Rico para jugar con los Gigantes de Carolina en la Liga de Beisbol Profesional Roberto Clemente. Allí conoció a un talentoso primera base japonés: Kazuma Okamoto, quien conectó dos jonrones para la selección de Japón en el Clásico Mundial de Beisbol del 2023.
Hoy en día, Okamoto es una estrella. Ha disparado 262 cuadrangulares –- noveno entre los jugadores activos de la NPB — y superó los 30 vuelacercas durante seis años consecutivos del 2018 al 2023. Su imagen está incluida entre las leyendas de los Gigantes de Tokio en el pasillo cerca del clubhouse debajo del Tokyo Dome.
En aquel entonces, sin embargo, todavía era un joven tratando de encontrar su camino en el juego y que venía de completar su primera temporada completa con los Gigantes de Tokio.
“Se notaba que era muy talentoso, pero estaba muy crudo”, dijo Hernández antes del inicio de la Serie de Tokio el martes. “Entrar (al Tokyo Dome) el primer día y verlo en la pared de las leyendas de los Gigantes, fue algo genial”.
“Ver beisbol fuera de Japón, y tener la oportunidad de jugar con y contra equipos internacionales de alto nivel, me hace querer trabajar más duro, hacerlo mejor”, comentó por su parte Okamoto. “También me hace darme cuenta de lo divertido que es el deporte”.
Los dos se reencontraron en el 2018 cuando Hernández vino a Japón para jugar en el Serie de Estrellas de MLB. Esta semana, los dos jugaron uno contra el otro nuevamente cuando los Gigantes se enfrentaron a los Dodgers en un juego de exhibición el sábado. Desafortunadamente, no tuvieron la oportunidad de hablar entre ellos. Sólo se saludaron desde el otro lado del terreno.
“Me considero bastante afortunado de cruzarme con él”, aseguró Hernández, “y de poder saludarle desde lejos”.
“Le saludé y por supuesto quería hablar con él, pero no tuve la oportunidad”, aclaró Okamoto. “Pero seguimos siendo amigos. Nos conocemos bien”.
Aunque Hernández jugó apenas dos innings ese día, Okamoto terminó bateando una bola directamente hacia el pelotero de los Dodgers.
“Me dio un elevado”, dijo Hernández. “Casi la dejo caer a propósito para ver si podía embasarse y poder saludarlo. Pero desafortunadamente, no pudimos hablar”.
Los dos están bien versados en la competencia internacional. Okamoto es parte del campeón reinante del Clásico Mundial de Beisbol y esta serie lo ha emocionado más para el torneo del próximo año.
“(Jugar y convertirme en campeón en el Clásico) se sintió súper genial, y también es una buena experiencia para mí poder jugar junto con jugadores de alto nivel. Ver a Shohei Ohtani jugar ayer en persona me hizo querer volver (al Clásico) nuevamente con la selección japonesa”.
Hernández está de acuerdo en que hay algo especial en el Clásico. Ha representado a Puerto Rico en los torneos del 2017 y del 2023 y pone la experiencia a la altura de la Serie Mundial.
“He jugado en cuatro Series Mundiales y el WBC está a la altura de la Serie Mundial, si no es que más especial cuando se trata de la energía del público”.