"Y Sinaloa despierta: unen miles sus voces contra el 'gasolinazo'"
Miles de culiacanenses salieron ayer a las calles en una marcha histórica para repudiar a los gobiernos federal y estatal por el aumento de precio de los combustibles, la corrupción y los altos impuestos.
El hartazgo ciudadano llevó a los manifestantes a exigir la renuncia del Presidente Enrique Peña Nieto.
La manifestación comenzó al pie de la Iglesia de Nuestra Señora de Guadalupe, "La Lomita", a las 16:00 horas, tal y como convocaron múltiples asociaciones y ciudadanos.
Los miles de manifestantes fueron escoltados por numerosas patrullas de la Policía Municipal y Tránsito. No se reportaron disturbios.
"La gota que derramó el vaso fue la gasolina, pero si vemos más a fondo eso no es lo más importante, lo que nos tiene donde nos tiene es este sistema, un sistema que está obsoleto para la calidad de vida de los mexicanos, es un sistema que no cubre para nada nuestras necesidades, es un sistema altamente corrupto", aseveró Araceli Cuadras, manifestante.
Añadió que lo importante con estas manifestaciones es que el Gobierno sepa que la gente no está conforme, sin embargo reconoció que aún falta que más personas se sumen a estos movimientos.
"Con esto el Gobierno sabe que el pueblo está despierto, pero aún falta que se sume más gente, mi sueño es que todos despertemos, que todos estemos unidos para mejorar la calidad de vida de nosotros los mexicanos", destacó.
El contingente se detuvo en el quiosco de Catedral.
Ahí distintos líderes de asociaciones y ciudadanos tomaron la palabra y llamaron a la sociedad a seguir mostrando su inconformidad.
Una de las manifestantes compartió que nunca había visto una marcha de esta magnitud en Culiacán, sin embargo afirmó que hicieron falta más personas, ya que todos los ciudadanos son afectados directamente con estos aumentos a los combustibles.
"Nunca había visto tanta gente, pero hizo falta más, porque a todos nos afecta... la gasolina, los alimentos, ya uno ni puede comer carne, puro caldo de papas", explicó Norma Alicia Mendoza, protestante.