Violencia no solo es por delincuentes, sino que hay un contexto de necropolítica: investigador
En Sinaloa y México, los hechos de alto impacto en temas de violencia o narcotráfico no pueden entenderse únicamente como acciones emprendidas por integrantes del crimen organizado, sino que todo recae en el contexto político, que da lugar a términos como “necropolítica”, comentó el investigador Juan Carlos Ayala Barrón.
“Estas suertes de asesinatos, de homicidios dolosos, desapariciones, caen dentro de un ámbito que cae dentro de lo político, y se han acuñado conceptos que vienen muy bien al caso, como el de ‘necropolítica’, como un concepto que define la administración política de quién vive, quién muere, por ejemplo”.
“No es que las cosas se den nada más porque el delincuente quiere que se den o quiera matar, sino que hay todo un contexto, y este es un contexto necesariamente político, por eso se acuñan a la perfección estos términos, como ‘necropolítica’, o ya ‘necromáquina’, de Rossana Reguillo”.
Las tasas de homicidios, desapariciones o capturas como las de Ismael Zambada García, “El Mayo, junto con Joaquín Guzmán López, hijo de “El Chapo”, no podrían considerarse entonces como decisiones exclusivas del crimen organizado, pues resultaría inviable pensar que el Estado ignore esas situaciones.
En cambio, consideró, existe un panorama propicio para que todos estos actos ocurran con pocos o nulos castigos, investigaciones y esclarecimiento de los hechos.
“Es un contexto muy fuerte, muy amplio, que no lo pudiéramos nada más definir en términos de quién quiere hacer el mal, quién quiere asesinar, sino por qué se asesina, y qué es lo que permite que haya esos asesinatos, esas desapariciones, y que no haya castigos, que no haya juicios”, abundó Ayala Barrón.
“El Estado siempre va a manejar las circunstancias de manera discrecional. Yo no creo que el Gobierno Mexicano esté ignorante de todo el proceso de cómo se dio, se sabe perfectamente, y si no lo saben, quiere decir que hay fallas tremendas en la política interior y exterior de México, porque no es posible que un avión saque a dos mexicanos, ingrese a territorio de Estados Unidos, y los reciba ahí un cuerpo de seguridad que se los llevan inmediatamente a la cárcel”.
“Esto no se puede dar, así nada más porque se le ocurrió a un delincuente irse y pasarse a allá. Eso no puede pasar si no hay, primero, un entendimiento político internacional entre los dos países; y segundo, no se puede dar con el desconocimiento tampoco de los gobiernos”, dijo.
Así, estableció que es factible pensar en una complicidad o trabajo conjunto entre el narcotráfico con el Estado, más aun con antecedentes como el de Genaro García Luna, ex Secretario de Seguridad Pública federal, declarado culpable por colaborar con el Cártel de Sinaloa.
En ese sentido, la entidad se ha desarrollado como un espacio en el que su población aprendió a vivir en medio de hechos de alto impacto de violencia.
“Al ser un estado bastión del crimen organizado, del narcotráfico, todo puede suceder. Ahora, cuando ya hay evidencias, por ejemplo el caso de García Luna, ahí sí te puedo decir “hay un nexo entre el crimen organizado y el Gobierno Federal”, o hubo.”
“La detención o entrega de Mayo Zambada y Joaquín Guzmán, pues las estamos viendo en un estado que está marcado, que tiene ya una naturaleza en ese sentido, que no lo quisiéramos estigmatizar como un estado de alta incidencia delictiva, pero la realidad nos demuestra que es así, y esto implica que también la gente, los habitantes, hayamos aprendido a vivir y a convivir en circunstancias de esta naturaleza”, explicó.
“(Gobernador de Sinaloa) No creo que una persona se maneje en esos términos, como él. Pero sí, yo te puedo decir, en municipios es donde sí, ahí ha habido muchas evidencias de que hay esos nexos. Pero bueno, también vivimos en un estado marcado por este fenómeno del narcotráfico, y no sería raro que se puedan dar este tipo de relaciones”.