Violencia aleja al turismo de Imala y provoca el desplazamiento de sus habitantes
Los desayunos campiranos que cada fin de semana ofrecían los restauranteros del pueblo señorial de Imala han cerrado sus puertas ante la falta de visitantes derivado de la pugna entre el crimen organizado que inició el 9 de septiembre.
El pueblo que alcanzó el nombramiento de pueblo señorial, está al noreste de Culiacán y aunque voces locales comentan que desde que iniciaron los enfrentamientos, hace casi tres meses, cesó el turismo, no fue hasta el 18 de noviembre cuando una ráfaga de disparos despertó al pueblo y por miedo, migraron a la ciudad.
Esta entrevista se realizó el 26 de noviembre a habitantes del pueblo, que por seguridad cambiaremos sus nombres.
“El 90 por ciento de la población se dedica totalmente al turismo, entonces ahorita como no hay flujo de gente, no hay turismo pues la gente está pasando una situación muy complicada económicamente” dice Hernán.
“Y la gente se está saliendo de sus hogares”, interrumpe su esposa Inés.
“Y debido a la inseguridad que pasó, lo sucedido pues la gente le dio miedo y mucha gente se está saliendo y a parte también porque no hay empleo, pues se está viniendo la gente a la ciudad a ver qué o a buscar trabajo”, recompone Hernán.
El 18 de noviembre, habitantes de la sindicatura de Imala se quedaron sin luz tras un presunto enfrentamiento armado cuyas balas se incrustaron en un poste de la Comisión Federal de Electricidad.
En la escena quedaron casquillos percutidos y de acuerdo a la Secretaría de Seguridad Pública no hubo heridos, ni fallecidos. Sin embargo, al hacer los recorridos de seguridad se toparon con ponchallantas en las cercanías de la sindicatura.
Los locales señalan que no fue hasta el tercer día el hecho cuando un grupo de militares instalaron una base permanente en el pueblo, pero el martes ya había comenzado el desplazamiento voluntario por el miedo.
“Haz de cuenta que eso pasó el lunes en la madrugada, el domingo como a las 12 y el gobierno llegó como a las seis de la mañana, nomás llegaron como a ver. Se fueron y volvieron hasta el miércoles”, dice Jorge.
“Todo mundo estaba esperando, ‘ah, pues ahorita se va a llenar de soldados’ y pues nada, la mayoría de la gente el martes se salió”, comenta Rosa.
Rosa quien es una señora mayor y trabajadora recuerda que ese día su nieta y uno de sus hijos se resguardaron en un clóset diminuto y describe que la niña temblaba de miedo como si fuera una hoja.
“A un niño no le puedes decir que no pasa nada porque se asustan”, dijo.
“Ese día, nadie lo quiere vivir, un día como ese día que pasó, porque no sabes si se van a meter, si te van a tumbar la casa. Es más, traen armas para tumbar un edificio”, completa Jorge.
Los cuatro habitantes coinciden en que, en el pueblo de Imala, hay cerca de 15 restaurantes de desayunos, unos 30 negocios de raspados y alrededor de 10 abarrotes, todos enfrentando una situación económica preocupante debido a la crisis de inseguridad.
“Sí le hemos comentado (en el Ayuntamiento de Culiacán) pues más que nada queremos seguridad y que le den confianza a la gente para que vaya pero igual pues ocupamos que accionen y que si mandaron gobierno que no se vaya para que la gente vaya segura a Imala”, expone Hernán.
“Lo que no queríamos es que pasara nada, que el pueblo no se viera involucrado en nada, porque la gente de Imala es gente buena y trabajadora que no se merecen que pasen este tipo de situaciones”, continúa.
Ramón es un locatario en la sindicatura, cerró su negocio desde el 9 de septiembre y a partir del 18 de noviembre, comenta, se le sumaron más.
“Desde el 9 de septiembre cerramos allá, cuando comenzó todo el desgarriate (...) Por inseguridad y porque no va la gente y no hay turismo, o sea, la gente que va a desayunar de viernes a domingo pues no va, ya no está yendo, ya no va la gente a desayunar”.
También abunda que habitantes abandonaron el pueblo por la falta de seguridad y la ausencia de soldados. Aunque recientemente se ha restablecido la vigilancia con la presencia militar, la situación sigue siendo complicada. Aunque algunos quieren regresar, la baja afluencia de turismo mantiene la incertidumbre.
“De 15 días para acá se salió la mayoría de la gente porque no había seguridad, no había soldados, no hay nada, ahorita ya hay seguridad, ahorita ya tienen unas dos semanas que hay soldados ahí. La gente quiere volver a regresarse para allá, pero es la misma situación para nosotros porque no va la gente, pues”, señala.
Añade que por ahora, presencia militar ofrece seguridad y garantías para regresar, pero si se retiran y reaparecen los grupos delictivos, nadie sabe cuánto tiempo podrá mantenerse la tranquilidad.
Aseguró que, por su parte él no recibió apoyo del Gobierno de Culiacán, ante la falta de documentos necesarios para realizar el proceso, además de que no han resuelto las incertidumbres pese a comunicarlas.
“Ya se ha hablado con ellos pero no resolvemos nada. No resuelven ni nos ayudan a resolver nada”, criticó.
La directora de Turismo, Brianda Crystal Murillo Meza comentó que tras los hechos violentos dos restaurantes icónicos de Imala migraron a la ciudad, sin embargo, no le comentaron los motivos, solo que estarán temporalmente en la capital del estado.
“El tema con los restaurantes de Imala podemos decir que tenemos ahorita dos que abrieron sus puertas aquí en Culiacán, que es el Imalazo, el Imaleño que son restaurantes icónicos del pueblo señorial y pues trajeron su deliciosa gastronomía aquí a la ciudad para que muchas personas disfruten de ellas y sigamos disfrutando de estos platillos rancheros que nos ofrecen en la sindicatura”, comentó.
A pregunta expresa sobre la situación de restauranteros en otras sindicaturas comentó que no ha recibido datos de parte de los síndicos sobre otros restaurantes de diferentes sindicaturas que hayan tomado una decisión similar.
“Hasta ahorita solo tengo datos de que esos dos restaurantes de Imala se vinieron para Culiacán, no he tenido otros datos de algunos otros restaurantes de algunas otras sindicaturas. Trabajo muy de la mano con los síndicos pero no he tenido información de la que me estás pidiendo ahorita”.
Sobre los proyectos o acercamientos al pueblo comentó que el próximo año está previsto el tradicional festival del raspado, pero no informó sobre alguna nueva dinámica para reactivar el turismo.
“Los proyectitos que tenemos ahí con ellos y referente a los apoyos han recibido apoyos económicos que está dando el presidente Municipal”, apuntó.