Utilizar la abogacía en beneficio de las causas sociales, plantea José Mario de la Garza
La abogacía debe usarse como un instrumento para alcanzar la justicia en beneficio de las causas sociales, así como de los grupos y comunidades en condiciones de vulnerabilidad, planteó el abogado José Mario de la Garza Marroquín.
El litigante, fundador de la organización Perteneces, dedicada a brindar acompañamiento en casos de personas que se encuentran en prisión o enfrentando un proceso penal, como consecuencia de presuntas injusticias.
Entre las posibles causas de estas deficiencias en el sistema de justicia, señaló que los propios litigantes no suelen tomar los casos o sentirlo de manera cercana, sino que permanecen ajenos a los problemas de las personas procesadas.
“Si tú te fijas en México no se ha utilizado en el derecho las sentencias como un instrumento de cambio social, puede ser un cambio individual que tú digas ‘yo voy a ir a demandar porque me deben dinero’, no, pero como un cambio social. Entonces el abogado en México sale de la profesión le dan un título, le dan una cédula y está desconectado de la problemática social”, apuntó José Mario de la Garza.
“No hemos sabido entender que la abogacía tendría que ser la responsable de causar, en abierto o no, muchas cosas que no se hacen. El abogado litigante está desconectado de la realidad, por eso no alcanzan a resolver nada”.
Afirmó que estas falencias del sistema, únicamente repercuten en contra de los sectores y grupos más vulnerables, que generalmente son aquellos que no tienen la posibilidad de conseguir asesoría jurídica privada.
En ese sentido, indicó que al acudir con las defensorías públicas, no tienen la misma certeza en los casos, ya que estas instancias se encuentran saturadas de trabajo.
Como consecuencia de ello, muchas personas terminan en prisión, ya sea procesadas penalmente o sentenciadas, sin haber pruebas que demuestren su culpabilidad. En caso de que luego salgan de la cárcel, dijo, el sistema está moldeado para estigmatizarlos, lo cual afecta con posterioridad en sus vidas.
“Realmente te pones a ver que es encarcelar a la pobreza, son jóvenes que vienen de comunidades marginadas, con pocas oportunidades, que no se les ha dado educación, que vienen de entornos sociales muy complejos de México, y que están siendo criminalizados en un sistema que nos vende que esto es generar una situación de seguridad, cuando no lo es así”.
“Los defensores públicos están saturados, más o menos un defensor público está atendiendo 300 caso, en promedio, y entonces no se dan abasto, y no hay manera de defender a estos jóvenes que acaban en un sistema que los criminaliza, salen de la cárcel y nadie les quiere dar trabajo, todo mundo los ve como unos delincuentes, como gente peligrosa, entonces lo que estás haciendo es alimentar al sistema de inseguridad que tenemos en el País”, subrayó de la Garza Marroquín.
Expuso que una forma de combatir este rezago en materia de justicia social, debe haber cambios en el sistema, para que sea más abierto, comenzando por la presentación de denuncias.
Sobre ello, destacó que alrededor del 95 por ciento de la actividad delictiva en el País no se denuncia ante las autoridades.
“El fenómeno delictivo no les llega a las fiscalías, ¿saben cuál es el problema de las fiscalías? Que no saben el fenómeno delictivo, porque no le denuncian. O sea, la fiscalía está viendo el 5 por ciento. No ve el bosque, ve un árbol”.
“Creo que tenemos que hacer un esfuerzo para democratizar al sistema, para socializar el sistema, para hacerlo accesible”, manifestó Jose Mario de la Garza.
El abogado impartió la charla “Retos de la abogacía frente al trabajo Pro Bono”, invitado por Grupo Coppel, en las instalaciones del Instituto Tecnológico y de Estudios Superiores de Monterrey, Campus Sinaloa.