"Ser albañil, su pasión"

Humberto, tiene siete años trabajando como albañil, oficio que no sólo le gusta, sino apasiona.

Apenas salió el sol, y acompañado de dos ayudantes se encontraba en una vivienda trabajando, sacando las tareas encomendadas.

Es un trabajo pesado, sin embargo, le gusta. Sabe que no cualquier persona aguantaría un ritmo así.

Aprendió el oficio mientras trabajaba de ayudante con sus primos que también son albañiles.

"Es difícil, es batalloso (su actividad), tiene muchos detalles", abundó.

A pesar de que ayer fue el Día de la Santa Cruz, día en que se considera también del albañil, lo festejó trabajando con miras de aventajar en la obra.

Desde hace siete años "vuela" por sí mismo en los trabajos que un cliente solicite, lo mismo edifica una casa de una planta, que de dos.

Ser albañil, una pasión que le permite poner corazón en cada ladrillo que va pegando con la mezcla que sus ayudantes palean.

Gracias a este oficio sostiene a su esposa y pequeño de cinco años de edad.

Menciona se encarga de dejar la casa en obra negra, los detalles de la obra otras personas los realizan.

Alguien que no es albañil se encargará de enyesar los techos, otros pondrán el vitropiso, mientras que unos más, enjarrarán y pulirán cada pared.

El electricista bajará los cables de luz y pondrá los contactos.

Rodeado de una carrucha, cubetas con utensilios para la construcción, palas, arena, Humberto explica que en casa su padre no es albañil, como para haber heredado el oficio.

Sus conocimientos los obtuvo en la práctica mientras ayudaba a sus primos, indicó.

En estos años como albañil trabaja bajo contrato con compañía, así como por cuenta propia.