Román Rubio, el hombre que fue la voz de los ‘invisibles’
GUASAVE. – Y ahora ¿Quién será la voz de los tarámaris?
José Román Rubio López siempre le fue incómodo a las autoridades en turno, municipales o estatales. Dueño de un lenguaje claro y directo, no tenía miedo de señalar las omisiones que cometían los gobiernos para con los grupos más desprotegidos.
Hombre de izquierda, siempre de izquierda, fue activista político del Partido Mexicano de los Trabajadores, Partido Mexicano Socialista, Partido Socialista Unificado de México, PRD y finalmente Morena.
Maestro normalista, el profe Román cumplió su ciclo en las aulas, transmitiendo sus conocimientos a muchas generaciones de sinaloítas, hasta que se jubiló, sin embargo, ya retirado mantuvo su activismo en el magisterio a través de la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación.
Rubio López fue un fuerte defensor de grupos vulnerables, como los tarámaris que viven en la sierra de Sinaloa, encabezando numerosos movimientos para visibilizar las carencias en las que viven los indígenas de esta etnia, incluso marchas hacia Culiacán.
Educación bilingüe, salud, alimentación, vivienda y mejores caminos son las principales demandas que los tarámaris, en voz del activista, han solicitado desde años.
“Venimos desde el mes de septiembre, ya le entregamos dos escritos al Gobernador, hemos entregado a la dirección de Asuntos Indígenas, a los diputados federales, a los diputados locales, a los meros meros que deben decidir y ninguno de ellos, ninguno de los 40 diputados locales, atendió la petición que les hicimos”, lamentó en 2015 Román Rubio, durante uno de esos movimientos de protesta.
Se fue Malova, llegó Quirino y las omisiones fueron las mismas, pero Román Rubio nunca se cansó de gestionar, pedir o en su caso exigir atención a este grupo vulnerable.
En agosto de 2020, la última vez que el Presidente Andrés Manuel López Obrador pasó por Guasave, ahí estaba el profe, con mensajes escritos en cartulina solicitando que el gobierno volteara a ver a los indígenas.
En esa ocasión dijo que son entre 2 mil 500 y 5 mil tarámaris en la sierra de Sinaloa, quienes conservan intacto su idioma y sus danzas, que incluso son más originales que las de sus hermanos de Chihuahua, porque allá fueron más cristianizados.
“Esperemos encontrar mayor sensibilidad, pero no nos vamos a detener en esta lucha, vamos a exigirle y pedirle a las autoridades lo que les toca hacer”, expresó.
Por eso es que desde hace varios años, junto con un puñado de sinaloenses bien intencionados, Rubio López fue de los fundadores del Colectivo Tarahumara Sinaloense, una organización que se dedica a gestionar y recabar apoyos para personas de esta etnia que viven en comunidades de la sierra de Sinaloa, donde ni siquiera llega el censo ni hay registros de que existen y por lo tanto no reciben apoyos de los programas sociales de gobierno.
“Ayer 50 familias tarámaris de la zona de Las Bayas, municipio de Sinaloa, recibieron despensa y maíz. Muchas gracias al Profesor Román Rubio por apoyarnos con la entrega”, dice uno de los últimos post publicados en la página de Facebook de este colectivo.
Hoy, aunque los tarámaris seguirán contando con el respaldo del Colectivo Tarahumara Sinaloense, ya no tendrán en Román Rubio López esa figura que los arropó como hermanos y que les dio voz para que fueran escuchadas sus demandas por alcaldes, diputados, gobernadores y hasta presidentes, porque las balas lo han silenciado.