Reynalda ha buscado a su hijo Neto por más de 3 años y se enfrenta a la revictimización
CULIACÁN._ En diciembre de 2020, Reynalda vio a su hijo Neto por última vez. Ella estaba esperando un camión urbano cuando vio al joven pasar en su motocicleta por las calles de la colonia Adolfo López Mateos. Después, ya no supo de él.
Reynalda ha reunido testimonios de personas que aseguran que una patrulla de la Policía Municipal, con el número 0138, se lo llevó mientras el joven estaba haciendo fila en una tortillería.
La moto de Neto era rentada, pagaba 600 pesos a la semana para poder usarla. Con ella podía trabajar haciendo mandados y como ayudante de albañil.
Javier Ernesto Vélez Pulido tiene tres años y ocho meses desaparecido. Desde entonces, Reynalda ha encabezado marchas, ha exigido hablar con el Gobernador Rubén Rocha Moya y con el entonces Alcalde Jesús Estrada Ferreiro.
También ha solicitado a la Comisión Estatal de Búsqueda que Neto sea buscado en los puntos donde hay indicios que podrían estar sus restos, ya que después de varios años su mamá ha enfocado sus esfuerzos en buscarlo sin vida, pero no se ha indagado en estos espacios, denuncia.
“Ya no llegamos al lugar que yo quería. Jamás se volvió a dar la búsqueda”, lamenta Reynalda.
Al no aprobarse las búsquedas por la autoridad estatal, la madre paga con sus recursos gasolina, comida e hidratación para las personas que se sumen a buscar a Neto, pero la mayoría de las veces es solo su familia la que participa, pues no hay dinero para invitar aunque sea de beber a un gran grupo y Reynalda no considera justo no ofrecerle nada a quien le ayude a encontrar a su muchacho.
“El día de 8 (de junio) mi hijo cumplió tres años ocho meses. ¿Cuál es mi frustración? Que yo sigo pagando búsquedas. La búsqueda que no hace la Comisión de Búsqueda me cuesta a mí”, reclama.
“Yo he perdido mucho en el caso de mi hijo, yo he perdido, sin embargo las autoridades son las que reciben el sueldo, el recurso, el apoyo, ¿y dónde quedamos nosotros como víctimas? En una pérdida económica que no sabría yo decirte cuánto he gastado en la búsqueda de mi hijo”.
Aunado a la difícil situación económica y familiar que una desaparición de una persona representa para una familia, Reynalda y su familia deben enfrentarse a la revictimización.
En redes sociales y en la calle las personas tachan a Neto de delincuente, pues justifican que a las personas buenas no les desaparecen. Pero el joven era albañil, no tenía lujos, y no hay indicios de que fuese delincuente, defiende su mamá.
“A mí las autoridades me han dado un trabajo que no me corresponde. A mí no me corresponde contestar extorsiones, a mí no me corresponde buscar desaparecidos, a mí no me corresponde buscar a mi hijo, sin embargo estoy haciendo algo por la sociedad, y lo único que ha hecho la sociedad y el Gobierno es tachar a mi hijo de esto y lo otro, cuando el plebe ni huaraches tenía, yo le acababa de comprar huaraches a ese ‘puntero’, a ese ‘mafioso’, a ese ‘narco’ le acaba de comprar huaraches porque el plebe era albañil”, señala.
“Es triste ver la situación que vivimos como sociedad, y ver que no somos empáticos a una desaparición de una criatura de 16 años”.
Con sus propios medios y organizándose con madres buscadoras, el grupo liderado por Reynalda ha localizado 28 cuerpos en menos de tres años.