Reaparece don Cachito en Culiacán; pide apoyo para mejorar las condiciones de su casa
Son las 11:30 de la mañana y estamos frente a la vivienda de un icono de Culiacán. La puerta está abierta y alcanzo a ver a una persona al fondo de la vivienda.
“Buenos días”, le digo en voz alta. No alcanzo a ver su rostro, está a contraluz.
“Buenos días, ¿a quién busca?”, responde una voz femenina.
“¿Aquí vive don Cachito?”, insisto.
Hay un breve silencio, después de unos segundos deja de hacer lo que está haciendo, se para y oigo que habla con otra persona en voz alta.
“Ahí lo buscan”, se escucha.
“¿A mí?”, responde.
“Sí, viene una muchacha del Noroeste, que le quiere hacer una entrevista”, de nuevo escuchamos.
Con movimientos pausados veo la silueta delgada de un hombre que intenta levantarse del catre donde está recostado; con ayuda de la mujer se incorpora y siguiendo su voz camina hacia la sala, le ayuda a sentarse. No ve. Don Cachito es un hombre que hoy tiene casi 93 años de edad.
Nos hacen pasar, don Cachito vestido con ropa cómoda de algodón, color blanca, muy diferente al característico vestuario de camisa manga larga color rojo con pantalón amarillo, es una muestra del paso de los años.
Muy apenado por no encontrarse en las mejores condiciones, reniega mientras se acomoda el cabello, como peinándose.
“Me agarraron en estas fachas. Pero díganme, ¿en qué puedo ayudarles?”, señala.
Por vender billetes de la lotería, por más de medio siglo en el centro de Culiacán, César Gaxiola Rodríguez es considerado un icono de la ciudad, es conocido por todos como don Cachito.
A punto de cumplir 93 años, con un serio problema de ceguera y diversas necesidades materiales, don Cachito pide a la ciudadanía y las autoridades apoyo para mejorar el techo de su vivienda, pues con las lluvias toda el agua se mete a su casa.
Además de la ceguera, su capacidad auditiva se ha reducido considerablemente.
Lo sé porque habla muy fuerte y pone mucha atención para entender lo que digo.
“Ya no veo ni oigo”, se lamenta.
“Tengo 92 ó 93 años, ya no sé, soy del 9 de septiembre de 1930”.
Toda su vida trabajó recorriendo las calles del Centro de la ciudad, primero como cartero en Correos de México entregando la correspondencia, después, cuando lo subieron de puesto y lo pasaron a una oficina y renunció, porque no quiso estar encerrado, según dijo.
Entonces empezó a vender billetes de lotería, también conocidos como “cachitos”.
Todos los días recorría dos o tres veces las calles del Centro ofreciendo a los transeúntes y comerciantes los billetes, con lo que, con el tiempo, se ganó el apodo de don Cachito.
Con la llegada de la pandemia y su condición de salud don Cachito ya no pudo salir a la calle, situación que lamenta cada día, deseaba salir, caminar y hacer actividades por sí mismo. Hoy apenas en su casa camina un poco.
Don Cachito tuvo 12 hijos.
“Antes era más barato mantenerlos”, recuerda, “pero tenía que trabajar mucho, todavía, la gente tiene que trabajar mucho para mantenerlos”.
Ahora hijos y nietos visitan su hogar todos los días, nunca está solo, y de vez en cuando uno de ellos lo saca a caminar y pasear por su cuadra.
A sus casi 92 años de edad, don Cachito se encuentra con buena salud, se le ve enérgico, fuerte y positivo, con mucha precisión es capaz de relatar sus vivencias y andares por la vida.
Aprovechando el espacio de Noroeste, don Cachito solicitó a la ciudadanía, al Presidente Municipal de Culiacán, Juan de Dios Gámez Mendívil, y las autoridades municipales un apoyo para reparar el techo de su casa y mejorar su calidad de vida.
¿CÓMO AYUDAR?
Para ayudar a don Cachito, los interesados pueden comunicarse al número de teléfono celular 667 712 96 27.