Presas de Sinaloa tienen poco más de la mitad de agua que almacenaban en 2023

Las presas de Sinaloa tienen poco más de la mitad de agua que almacenaban hace un año, de acuerdo a una comparación de los registros del 21 de julio del 2023 y del 22 de julio del 2024 de la Comisión Nacional del Agua.

Hace un año, las presas tenían 3 mil 850.8 millones de metros cúbicos de agua, mientras que en este lunes, apenas llegaban a los 2 mil 243.4 millones de metros cúbicos, es decir, un 41.75 por ciento menos de almacenamiento,

La presa Miguel Hidalgo y Costilla, que suministra agua a los municipios de Ahome y El Fuerte ha disminuido drásticamente en su cantidad de agua almacenada, de mil 130.5 millones de metros cúbicos a 177.5 millones en un año, que implica una reducción del 84.3 por ciento.

En ese sentido, la presa Josefa Ortiz de Domínguez que también abastece a Ahome y El Fuerte, se redujo en un 78.52 por ciento, al pasar de 174.1 millones de metros cúbicos a 37.4 millones.

A nivel estatal, las presas están a un 14.4 por ciento de su capacidad de almacenamiento.

De acuerdo al Monitor de Sequía de la Conagua, hasta el 15 de julio, Escuinapa es el único municipio de Sinaloa que tiene una sequía severa; Navolato, Ahome, Concordia, Mazatlán y Rosario tienen una sequía extrema; y Angostura, Badiraguato, Cosalá, Culiacán, Choix, Elota, El Fuerte, Guasave, Mocorito, Salvador Alvarado, San Ignacio y el municipio de Sinaloa, tienen una sequía excepcional.

Anteriormente, seis municipios tenían una sequía extrema y 12 una sequía excepcional.

La directora ejecutiva de la asociación Conselva, Sandra Guido, señala que el efecto de la sequía es acumulativo porque la sequía afecta las cuencas, que son los sitios naturales donde se produce el agua, de manera tal que en los lugares donde ha habido incendios forestales o deforestación, la infraestructura verde está dañada.

“El agua que está cayendo no está siendo efectiva y esto tiene que ver con la salud de la cuenca, lo que nosotros llamamos lluvia efectiva es cuando te llueve pero una fracción muy importante de esta precipitación si se convierte en acuífero y si se transforma en arroyo o río, te puede llover mucho, pero si esto cae sobre infraestructura verde que no está sana, que está degradada, lo único que te genera es erosión”.

En ese sentido, explicó que los planes de arborización deben enfocarse en áreas específicas, para darle prioridad a las cuencas que requieren restaurarse; sin embargo, hasta el momento no hay estudios suficientes que tengan localizados estos espacios.

“El Gobierno Federal, estatal, municipal hace mucho esfuerzos, pero si no hay un mapa de en donde canalizarlos, estos no tienen el impacto y los resultados que pudieran tener si pudiéramos focalizar estas acciones hacia sitios específicos. De ahí la importancia, el gasto se hace, el esfuerzo ciudadano se hace pero lo que necesitamos es ubicar exactamente en dónde deben hacerlo”.