Por sobrevivir a la violencia, por sus hijas, por sus amigas, por todas marchan las mujeres de Culiacán
CULIACÁN._ El Palacio Municipal de Culiacán fue el templete que concentró a más de cuatro mil mujeres con historias de supervivencia que resguardan en su memoria y consigan en las calles. Pero el fondo de ese escenario preserva a las más de 3 mil mujeres asesinadas el año pasado en el país.
En cada marcha, Isela Barrantes pacta implícitamente con las demás mujeres que por miedo o por trabajo no acudieron a protestar contra la sinrazón de la impunidad.
“Alzo la voz porque en su momento tuve miedo”, dice, mientras espera encaminarse a compartir las calles al lado de su mamá, quien la observa con admiración mientras sonríe y de Nina, su perrita de apoyo emocional, que porta un cartel en su cuello con la frase: Hasta yo entiendo que no es no.
Isela sabe que no es fácil, pero el tiempo y la sororidad pudo extinguir su miedo por eso le repite a las demás que una hermandad las espera en el momento que quieran alzar la voz.
“No están solas. En el momento en el que ustedes estén listas pueden alzar la voz y claro que sí vamos a estar aquí para escucharlas”, y sonríe impaciente por iniciar con la exigencia por todas.
En la manifestación que reunió en Culiacán a cuatro millares de manifestantes hay pancartas con consignas, citas y frases de películas que claman el empoderamiento femenino y la búsqueda de justicia. Al frente, sobresale en tinta roja la frase: No dejes que los bastardos te carbonicen, una cita de resistencia para las mujeres en el mundo distópico de la autora Margaret Atwood, sobre un cartel que sostiene Katia Higuera.
Ella, como víctima de violencia, no confía en las estructuras de gobierno, porque no representan un aval de protección ni para ella ni para su hija, con quien desde hace 11 años comparte la manifestación.
Con su pañuelo morado al cuello, y minutos de iniciar la marcha sostiene “El colectivo les va a tumbar lo que tenga que tumbar para ayudarles, el gobierno no”.
En otro punto de la concentración, está Adriana Quiroz, quién desde el 2017, se incorporó a colectivos feministas en la ciudad.
Desde entonces, comparte un compromiso colectivo de cosechar rebeldía en Culiacán.
Enseña sobre el feminismo a infantes hasta adultas mayores y este día, la llena de nostalgia hasta las lágrimas porque representa, para ella, la una máxima expresión de amistad entre mujeres.
La manifestación de este 8 de marzo en Culiacán incluyó marchas, intervenciones en edificios públicos. Desde el Palacio Municipal las mujeres salieron caminando hasta la Fiscalía General de Sinaloa, en donde se realizaron pintas.
Desde fuera, el punto de reunión es un simple edificio inerte pero cobra sentido durante la manifestación como el responsable legítimo de los números rojos.
La Fiscalía como parada obligatoria fue cobijada por una marea morada que pasó de la petición a la exigencia del cumplimiento de protección y, en muchos casos, de otorgar justicia.
Al finalizar la marcha concentró a las mujeres en el Parque Acuático, en donde resonó la consigna ‘Ni una más’.