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Migrantes

Omar Ulises fue baleado por el Ejército cuando buscaba el sueño americano; ahora lo acosa

Familiares realizaron una protesta el viernes, en el Palacio de Gobierno, y pidieron intervenir; señalan que el Ejército todavía sigue acosándolo en el hospital

En pocos días, la suerte de Omar Ulises lo llevó de vivir sus 23 años en medio de camaradería y buenos deseos de sus compañeros del sushi en el que trabajaba, a convalecer en terapia intensiva en un hospital en San Luis Río Colorado.

Pero la convalecencia no es normal, pues sus familiares han acusado que los mismos militares que le dispararon por la espalda, lo mantienen cercado en el hospital, y lo acosan, lo insultan y se burlan de él, al mismo tiempo que ignoran todos los protocolos de Salud.

Por eso su familiares y amigos se plantaron en el patio central del Palacio de Gobierno, en Culiacán, para pedir la intervención de las autoridades en lo que consideran violaciones a sus derechos humanos.

Según platican sus familiares, Omar Ulises vivía de renta en una casa en la Loma de Rodriguera, con su esposa Blanca Hilda, embarazada de tres meses, y una nena de tres años de nacida.

Dejó el sushi en el que laboraba porque decidió buscar el sueño americano, conseguir el dinero suficiente para comprar un lote y construir una casa para su familia. Por eso se despidió de sus compañeros el 21 de marzo y con su familia dejó Culiacán a la mañana siguiente.

”Dijo que quería ir para el otro lado para juntar dinero para sus hijos, para su esposa, para su bebé en el camino. Ellos ahí vivían de renta en la Loma de Rodriguera, no querían ya vivir hechos bolas”, recordó una de sus cuñadas.

”Salieron el 22 a Sonoíta, ahí vive una hermana de él, y llegaron porque un cuñado se iba a ir con él a cumplir el sueño americano, estuvo unos días en lo que juntaron la gente y cosas para agarrar camino”.

Se juntaron entre 35 y 40 migrantes, se subieron a un camión y tomaron un camino para acercarse a la línea.

Luego tendrían que caminar unos cuatro días para llegar a la frontera.

Pero la suerte cambió porque un grupo de militares persiguieron en la misma zona a una camioneta con otras características, y luego comenzaron a disparar a los migrantes, que no iban con más armas que sus paquetes de alimento y botellas con agua. Fue el 27 de marzo cerca de mediodía.

”Antes de llegar al cerro de La Nariz, un grupo de militares iban en persecución de una camioneta, ellos se espantaron porque no estaban haciendo nada, no traían nada más que su lonche y agua”, agregó la cuñada.

”Se bajaron rápido por instinto, porque le estaban disparando y a él le dieron por la espalda un balazo que le salió por el estómago... Lo dejaron ocho horas desangrándose , y como su cuñado le quiso dar auxilio, lo golpearon y lo amedrentaron. A nadie le hicieron nada más que a ellos, a todos los dejaron ir, y además de dispararle dijeron que él traía armas y que él comenzó el tiroteo”.

Herido, Omar Ulises fue llevado a un centro de salud en Puerto Peñasco, que no contaban con área de terapia intensiva.

Los familiares dijeron que en Sonora, la Comisión de Derechos Humanos no ha querido intervenir y le dan la razón a los elementos del Ejército sin investigar.

En Sinaloa, la familia ya fue atendida por la Comisión Estatal de Derechos Humanos y estos a su vez canalizaron el caso a nivel nacional por tratarse del Ejército.