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Historias

No comparten mirada, pero vieron el mismo cielo en el eclipse del año 1991

Desde Los Ángeles hasta Culiacán, la observación del eclipse del 91 trae recuerdos e historias de quienes verán el evento astronómico en Sinaloa este lunes

Mientras trabajaba como albañil en una construcción en Los Ángeles, California, Héctor recuerda cómo de repente el sol se apagó.

No tuvo miedo, pues con 22 años y junto a sus demás compañeros, una cuadrilla de culichis en la urbe extrajera, la fascinación por aquel fenómeno extraño los obligó a parar labores y centrar su atención en el cielo.

”Tuvimos que parar de trabajar, se hizo oscuro por unos momentos”, señala.

Héctor ni siquiera se enteró que desde hace días ya se movía por televisión, radio y periódicos la noticia del apagón solar que marcaría el 11 de julio de 1991.

En cambio, unos kilómetros más abajo en el mapa, una joven de 21 años oriunda de Guasave rondaría de un lado a otro sobre la habitación de su edificio, en Baja California, habitado por un montón de jóvenes organizados con aparatos de proyección, baldes de agua para ver el reflejo, y la televisión encendida en el canal 2 que transmitía todo en vivo.

”Unos tenían baldes con agua, unos que estudiaban en la universidad de Ciencias Biología Marina habían hecho un artefacto para proyectarlo en la pared por un espejo”, comenta Ofelia Escamilla.

”Yo tenía la tele prendida, y luego me iba para un lado y luego me iba a otro departamento y todo mundo andábamos experimentando con todos los métodos para ver el eclipse”.

Entre el alboroto por la elección del método, Ofelia recuerda cómo todos voltearon al cielo directamente inmediatamente después de que escucharon la señal por la televisión que el eclipse se encontraba en la totalidad.

”Cuando dijeron que ya estaba todo tapado, que ya podían voltear a verlo y es cuando volteamos a verlo un ratito”, menciona.

A su asombro le sumó algo que ella describe como anormal, el cantar de los gallos y el actuar de los pájaros.

”Empezaron a oírse los cantos de los gallos, los ladridos de perros, así como en la tarde, cuando está oscureciendo que se oye el silencio y los pájaros se acomodaron en los árboles haciendo su ruidito de la tarde”, recuerda.

Delante de 100 personas, Cuauhtémoc rememora la vida en sus treintas mientras trabajaba en el antiguo banco Serfín donde presenció el evento hace 33 años.

Esperando por sus lentes en el Centro de Ciencias expresa que todos sus compañeros se asomaron por la ventana pero lo único que observaron fue una sombra.

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”Nada más estaba nublado, ni siquiera vimos el sol cubierto, se nubló”, recuerda.

Luego del fenómeno astronómico de aquel tiempo se ríe al pensar que de la voz de un periodista se enteró por primera vez que este eclipse solar ocurriría nuevamente.

”Sí me enteré, salió en 24 horas con Jacobo Zabludovsky que iba ser en esta fecha y ahora lo veré desde Culiacán”, resaltó.

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