Nayeli atendía a los alumnos en su casa, en la Bebelama de San Lorenzo, para evitar el rezago y abandono escolar
CULIACÁN._ Una pequeña bicicleta negra está estacionada en la entrada del kínder Pablo Macías Valenzuela de la comunidad Bebelama de San Lorenzo que pertenece a la sindicatura de San Lorenzo, el vehículo pertenece a uno de los nueve alumnos que reciben clases por la maestra Nayeli Molina Castelo y que hasta hace poco pudo retomar la presencialidad con sus estudiantes.
La docente que está inscrita al sistema de Conafe imparte sus clases en el único salón que hay para el nivel preescolar, con cuatro años trabajando como líder educativa, jamás pensó en las condiciones que una pandemia pudiera traer en la atención de sus alumnas y alumnos.
En Bebelama de San Lorenzo, el Internet no es uno de los servicios primordiales para sus habitantes, ahí todavía las calles son de tierra y se levanta el polvo al pasar.
En la comunidad todos se conocen, la profesora Nayeli nació ahí, y en esas mismas escuelas es que estudió, y ahora enseña a los niños y niñas de su comunidad.
Aunque la maestra no cuenta con una licenciatura, el hecho de que los niños la nombren así, para ella es algo de mucho orgullo
“Estuvimos un año trabajando, digamos en línea, pero bueno en esta comunidad no es de Internet, la señal no es tan buena, entonces hubo un tiempo en que yo iba a sus casas personalmente”, comenta.
“Es que nadie pensaba que iba a durar tanto y conforme ya se iba extendiendo entonces, hacían visitas a mí casa, me mandaban a los niños a cierta hora, no sé a una hora tal niño, y así estuve trabajando como medio año”.
La iniciativa fue por parte de la maestra, ya que las madres de familia comentaban que no podían seguir trabajando con los niños, ya que lloraban o hacían berrinches y era difícil mantenerlos interesados en hacer las tareas.
“Para mí también era como, bueno yo necesito que me entreguen los trabajos ¿entonces cómo le puedo hacer? o sea, si fuera una, nada más hubiera ido con ella, pero en realidad fue la mayoría que se empezó a desesperar porque no solo tenían niño en preescolar, sino también en primaria, entonces dije, bueno ya estoy aquí soy de la comunidad, ¿qué puedo hacer para sacar el trabajo adelante?”, señala.
“Esto se extendió más de lo pensado, todos estábamos con la idea de uno o dos meses, pero la situación se alargó y siguió, siguió”.
“Y dije, bueno pues una estrategia que yo utilicé fue esa, tener a todos, no tenía tantas horas para ellos, pero sí siento que sí les sirvió, porque en sus casas ya no estaban trabajando”.
La maestra empezó a detectar que derivado de la situación de pandemia, los niños estaban muy distraídos, ya se estaban acostumbrando a no trabajar.
“Al principio fue más difícil, pero luego ya poco a poco como que medio querían, porque a veces me decían, no es que ya no quiere ir ni contigo ya, porque había días en que decía, no ya no quiero hacer nada”, señala.
De acuerdo a la organización Mexicanos Primero Sinaloa, en Sinaloa, todas las escuelas cerraron de manera indefinida desde el 23 de marzo de 2020 dando paso a un prolongado periodo de educación a distancia.
En información presentada por Mexicanos Primero Sinaloa llamado Regreso, Escuela y Esperanza: experiencias en los centros comunitarios de aprendizaje en Sinaloa presentada en agosto de 2021, señala que la evidencia reciente mostraba que los efectos de esta crisis comenzaban a ser devastadores.
De acuerdo con la Encuesta para la Medición del Impacto Covid-19 (ENCOVID-ED), realizada por el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), 5.2 millones de personas entre tres y 29 años no se inscribieron al ciclo escolar 2020-2021 por motivos asociados a la Covid-19 o por falta de recursos económicos. De igual manera, 740 mil personas de la misma edad no concluyeron el ciclo escolar por dichas razones (INEGI, 2021b).
Investigación que fue hecha con datos de diciembre de 2020, cuando sólo se llevaban 9 meses desde la llegada de la pandemia.
“No hubo regreso, no ha habido regreso en muchas escuelas hasta ahora y eso obviamente ha generado muchos desafíos de los cuales hemos intentado nosotros ir hablando, ir generando conciencia de la opinión pública, la educación la verdad es que continuó principalmente, gracias. a la gran labor y al gran compromiso de los adultos que acompañan a los estudiantes, docentes, familias, pero sabemos que eso dejó afuera a muchos niños, a muchos”, indica Gustavo Rojas Ayala, presidente de Mexicanos Primero Sinaloa.
Destaca que de acuerdo a su estimación y siguiendo la metodología del INEGI la cifra de 5.2 millones de personas que pudieron haber dejado los estudios, en febrero de 2021, para Sinaloa eso significaba cerca de 127 mil personas.
“Que nos dice eso, que como las escuelas no han regresado de manera presencial, todas con el 100 por ciento de los estudiantes, al día de hoy no podemos saber si esa estimación fue conservadora o si la subestimamos, porque mientras no regresen todos los niños a la escuela no se va a poder saber la magnitud del gran problema que suponemos que es la famosa deserción”, comenta.
El problema con los efectos de la pandemia en la educación señala es que no existen indicadores oficiales, que demuestren la realidad de las condiciones en las que las clases a distancia provocaron en la educación en México y Sinaloa.
“Primero no hay indicadores oficiales, hoy cualquier Secretaría te puede decir, mira tantos niños ingresaron al sistema educativo este año, tantos niños terminaron, pueden hacer lo mismo al año siguiente, pero si tú no haces un estudio comparativo donde das un seguimiento a cada estudiante en los dos ciclos escolares, que es lo que se conoce como tasa total de abandono, realmente no estás contando la historia verídica”, comenta.
A casi dos años del cierre de las escuelas y la implementación de la modalidad virtual el especialista en temas educativos menciona que además de la rezago en aprendizaje, también se ha presentado problemas en la parte emocional y de sociabilidad, ya que muchos niños, niñas no han tenido un primer contacto con la vida escolar.
Rojas Ayala detalló que en todo Sinaloa hay sólo 270 psicólogos, cifra que no puede permitir dar atención puntual a las más de 5 mil escuelas de nivel básico en el estado.
“La gran pregunta ahora a dos años de iniciar esta crisis debiera ser ¿qué estamos haciendo? y es ahí donde están los grandes problemas, no vemos lamentablemente que se estén implementando ni a nivel nacional, ni a nivel local acciones que permitan ir abordando estas problemáticas”.
Para el especialista, uno de los principales pasos para revertir todo este daño es el regreso 100 por ciento a la presencialidad, todos los días en todas las escuelas, pero esto es algo que aún no se puede derivado de los problemas de infraestructura que enfrentan algunos planteles educativos todavía, pero insiste en que es un paso que se tiene que dar sí o sí.
Mientras el regreso a la escuelas ha sido paulatino, actualmente la Secretaría de Educación informa que de las 5 mil 951 escuelas, el 96 por ciento están totalmente en presencialidad, es decir, 5 mil 735, lo que significa que 216 planteles educativos todavía mantiene problemas en su infraestructura por lo que siguen trabajando en el esquema virtual.
En la comunidad de Bebelama San Lorenzo, la maestra Nayeli continúa con su labor de enseñanza, en la entrada se estaciona todos los días la misma bicicleta negra, que es utilizada por uno de sus alumnos, en comunidades como esta la educación nunca para, ni por una pandemia mundial.