"‘Me da miedo cuando mis papás se van a trabajar’"
Jénnifer tiene 10 años, es de Oaxaca, desde que recuerda cada año acompaña a sus padres a trabajar durante la temporada agrícola en Villa Juárez, sin embargo, de todos los años en los que su familia ha venido a laborar a la sindicatura navolatense, éste es el más violento de todos, al punto de que la pequeña teme todos los días que sus papás no regresen del trabajo.
Ella y su familia son del municipio de Matías Romero Avendaño, en la Colonia Robles de Oriente, especifica la niña.
Cuenta que todo es muy tranquilo donde vive, pero no hay mucho trabajo, su papá trabaja de albañil, pero durante la mayoría del año se la pasan viajando por todo el País para laborar en campos agrícolas.
La familia de Jénnifer es una de las 47 que viven en las cuarterías de la primaria de Conafe ubicada en Villa Juárez; todas las familias que ocupan un espacio en este lugar se dedican al campo.
Ella es una de los niños que viven en el lugar, sin embargo, su acento denota que no es de Sinaloa, tiene el pelo negro y desaliñado, piel morena y ojos negros.
Descalza y con una sonrisa nerviosa, la pequeña dice que actualmente cursa el cuarto año de primaria. Cuenta que disfruta el venir a Villa Juárez, sobre todo por que ve a su amiga Blanca Azucena, una niña originaria de La Palma que tiene cinco años viviendo con su papá y mamá en las cuarterías para migrantes. La cuota semanal para vivir ahí es de 125 pesos.
Ambas cuentan que les gusta jugar en el lugar con todos los niños y ni toda la basura del terreno, las pestilentes aguas negras que corren por la primaria, el poco espacio en los cuartos donde viven, o los baños que funcionan a medias son un impedimento para disfrutar de buenos momentos juntas.
Sólo hay una cosa que no les gusta del lugar, la violencia, violencia de la que son testigos diariamente, y no se muestran indiferentes ante ella, saben perfectamente el riesgo que corren ellas y sus padres estando en Villa Juárez.
“Todos los días nos dormimos escuchando balazos”, cuenta uno de los amigos de Jénnifer.
Dice que la primera vez que escuchó balazos cercanos al lugar los confundió con un helicóptero.
“Oímos la balacera, yo pensé que era un helicóptero (ríe), dije ‘¡ah!, es un helicóptero’, pero cuando salí a ver mis papás me dijeron que eran balazos, y que me metiera a la casa”, relata el pequeño.
Jénnifer menciona que sus papás estaban en el centro de Villa Juárez cuando se suscitó el enfrentamiento de grupos antagónicos el 7 de febrero donde murieron cinco personas, su madre le contó que al escuchar los balazos buscó refugio en una tienda.
Desde ese día la pequeña teme por la seguridad de sus padres, y las detonaciones que escucha en la madrugada sólo alimentan ese miedo; cada que sus padres salen a trabajar teme que sufran algún percance, o no volverlos a ver.
“Sí nos gusta vivir aquí, tengo a mis amigos, juego mucho con ella (mira a su amiga Blanca), pero me da miedo cuando mis papás salen en la mañanita a trabajar, me da miedo que les vaya a pasar algo y quedarme sola”, señala.
Cuenta que por eso prefiere ir a trabajar a con ellos, pese a que no tiene edad para laborar en el campo, dice que le gusta ir y ayudarles con lo que puede, y así gana su dinero para comprar “chucherías”.
“Lo que gano se lo doy a mi mamá, a la semana gano mil 200 pesos; mis papás sí me dan poquito, pero no mucho porque me lo gasto en ‘chucherías’”, bromea.
FRASE
“Sí nos gusta vivir aquí, tengo a mis amigos... pero me da miedo cuando mis papás salen en la mañanita a trabajar, me da miedo que les vaya a pasar algo y quedarme sola”.
Jénnifer
Hija de jornaleros de Villa Juárez