"La mafia ya no respeta: Testigo de balacera en Hospital Regional N. 1 del IMSS"
María Guadalupe atendía a unos comensales cuando escuchó el estruendo de la balas. Inmediatamente llevó su pecho contra el suelo y exhortó a los demás que lo hicieran.
Cuando los disparos cesaron cerró la cortina de aluminio que se encuentra en la entrada principal de la fonda en la que es cocinera, con la esperanza de que fuera barrera suficiente entre ella y la escena que se desarrollaba a unos metros.
El viernes 6, el temor de morir en un enfrentamiento volvió a presentarse en la vida de los culiacanenses. Diversos hechos violentos se registraron en la capital del Estado, entre ellos un grupo armado que irrumpió de manera violenta en el área de urgencias del Hospital General Regional No. 1 del IMSS.
“Ayer, como a las 12:15, estábamos dando servicio, entonces se escucharon unos balazos”, cuenta María Guadalupe, quien trabaja en un local de comida que se encuentra enfrente del área de urgencias del hospital.
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Recuerda que tuvo que resguardar a los cuatro clientes que se encontraban en la fonda. Durante media hora permanecieron encerrados a la espera de que el enfrentamiento concluyera.
“Lo principal que piensa uno es en los hijos”, explica.
La madre de 25 años de edad se comunicó con su hija mayor para indicarle qué hacer en caso de que el hecho se extendiera a la zona en la que viven.
“Pasamos por el mismo miedo que la otra vez, por el mismo miedo del Jueves Negro”, relató.
“Cada vez está peor la cosa en Culiacán, ya la mafia no respeta”.
A unos pasos de María Guadalupe se encontraba Jesús, en un negocio distinto. A pesar de presenciar los mismos sucesos, lo primero que llegó a sus oídos fueron gritos y no el sonido de las balas.
“Yo creo que ya no nos da miedo a estas alturas, da miedo por la familia pero por uno, no”, dice.
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No encuentra las razones por las que el hecho ocurrió.
“Pues a ciencia cierta no sabemos qué pasó”, señala.
Para Jesús, la respuesta de las autoridades fue inmediata.
“Nada qué ver con el Jueves Negro”, califica.
Miguel, de 35 años de edad, se percató del suceso cuando notó un operativo anormal por parte de los militares.
A esto le siguió un tumulto de pacientes que salían del nosocomio huyendo de los disparos.
“El día de ayer creo que actuaron (las autoridades) bastante bien, no sé si fue coincidencia, si iban pasando, o fue un llamado, pero la verdad sí actuaron bastante rápido”, comenta.