José Cerda, el amigo del ‘Mochis’ Urteaga y de ‘Chuy’ Corona, hoy lucha por recuperarse

Cuando en Eldorado preguntan por José Cerda Orozco, recuerdan aquel joven alto y fuerte; lo describen como un guerrero, un apasionado del futbol que se tiraba por las pelotas aún y cuando se jugara en piso de concreto.

Oriundo de La Cruz segunda, un poblado cerca de la sindicatura, José estudió en la preparatoria en el plantel 31 del Colegio de Bachilleres del Estado de Sinaloa y luego se cambió a la preparatoria Vladimir Lennin, pero su futuro apuntó siempre a otro lado.

“Ya después no nos mirábamos tanto, éramos amigos, somos amigos y conocidos; ya terminamos la prepa y me fui a estudiar a Guadalajara, a estudiar medicina”, recuerda Javier, uno de sus amigos de Eldorado.

“Estudié en la Autónoma de Guadalajara, y a él se lo llevaron los Tecos... entonces ahí coincidimos otra vez; él estaba firmado, estaba en las fuerzas básicas de Tecos. La primera vez que me lo encontré, me lo encontré en la lavandería, yo llegué a lavar mi ropa y él llegó con sus compañeros de juego”.

“Él es de una familia muy humilde, yo me la encontraba con playera de futbol allá; de ahí empezamos a platicar, de que ya nos conocíamos, éramos amigos del rancho y todo, y yo lo apoyaba, le daba raites”.

Recuerda Javier que José estuvo en fuerzas básicas de Tecos y comenzó a relacionarse con otros jugadores jóvenes, sinaloenses, como el “Mochis” Juan Urteaga, que jugaba para el Atlas, también en Jalisco, o su compañero el hoy portero estelar y de gran trayectoria, José de Jesús Corona.

“Empezamos a frecuentarnos un poquito más, él se relacionaba mucho con gente como la del Atlas, de Antonio Lavolpe, El ‘Mochis’ Urteaga, con ‘Chuy’ Corona, el portero; yo me llevé junto con él, ellos estaban algunos en primera, otros debutados en Primera División”, recuerda.

“En Primera A (anterior liga de ascenso), Chuy Corona ya era portero del Bachilleres; luego él se fue a otros equipos de Primera A, supe que anduvo en otros equipos, como Venados de Mérida”.

Javier recuerda que hasta hace poco supo que era entrenador de porteros para el club Dorados de Sinaloa.

“Todavía, según yo, hasta antes de la pandemia, era el entrenador de porteros, de Segunda División, de fuerzas básicas, de Dorados”, recalca.

“Pero él se fue desde los 15 años a la aventura, él siempre ha sido un apasionado del juego; cuando se cambió de la prepa, ahí jugaban partidos de futbol, dicen que en el piso se tiraba por las pelotas, era un guerrero, estaba bien fuerte, alto, es un muchacho sano, cero vicios,”.

El trágico destino alcanzó a José este martes, poco antes de mediodía, mientras realizaba labores de limpieza en una brigada de Parques y Jardines del Ayuntamiento de Culiacán.

El choque entre un auto particular y un vehículo del Ayuntamiento le amputó una de sus piernas, desde ayer se encuentra grave, por la importante pérdida de sangre, pero estable.

Familiares, compañeros y amigos lanzaron una campaña para pedir donación de sangre y también han organizado un partido de futbol para ayudarle con lo recaudado para su recuperación.