Hospitales públicos en Culiacán, sin medicina ni jeringas
Las banquetas afuera de urgencias y la sala de espera sirven de campamento. Ahí las familias se reúnen para esperar noticias de sus pacientes internados en el Hospital General de Culiacán.
Desde hace días, una familiar de Sofía y Adriana está hospitalizada. Han gastado cerca de seis mil pesos entre medicamentos y los insumos que les han pedido para poder atender a ser querido que está internada desde el sábado. Detalló Sofía que aunque son beneficiarios del Insabi, eso no les garantiza las medicinas.
“No se ve. Si lleva una receta uno; dos, tres cosas le dan a uno, o dos cosas, o una cosa, y tiene que ir uno a la farmacia. Estoy batallando yo por dinero”, expuso.
La familiar de Sofía tiene padecimientos de presión baja, diabetes y en los riñones, es decir, padecimientos crónicos. Narró que en cada cambio de turnos, a veces hasta tres veces al día, sale el personal médico para pedirles los insumos y medicamentos que requieren suministrarle.
“Ayer fueron como seis recetas las que surtimos nosotros en lo personal, como seis; y ahorita ya nos van a pedir otra porque no ha salido el doctor”, comentó Adriana.
“Pero ya nos dijeron que teníamos que comprar unos líquidos para hacerle un estudio completo”.
A la compra de medicamentos también se suman los gastos de alimentación que deben tener los familiares que hacen guardia afuera de urgencias, esperando a que salgan médicas y médicos a darles información sobre su paciente, o que les soliciten lo necesario para el tratamiento.
“Necesitan a veces, ocupan alguna jeringa, alguna equis cosa, de lo que ocupen para hacerlo, nos lo piden”, dijo Adriana.
¿Y qué explicación les dan aquí?
Que si no lo tiene la farmacia, que lo tenemos que comprar y ¿qué hacemos nosotros como familiares de un paciente? ¿qué queremos nosotros como familiares de un paciente? Que se nos alivie la persona que tenemos dentro, pero pues a veces no tenemos.
Otra familia denunció que en la farmacia del Hospital General no han encontrado ciprofloxacino, que es un antibiótico que necesita su paciente que está internada desde el lunes, porque tiene anemia y plaquetas bajas. Comentaron que les piden esas pastillas de 400 miligramos la cual les cuesta 520 pesos, pero no les explicaron que pueden comprar cajas de 200 mg, que les cuesta 50 pesos cada caja.
Joaquín viajó desde Escuinapa para que su papá fuera atendido por una nefrólogaen el área de hemodiálisis del Hospital General de Culiacán, sin embargo, aunque tenía más de dos horas esperando, no le habían brindado la atención requerida porque no había llegado la médica.
Anteriormente llegaron a una cita a las 10:00 horas y no quisieron atenderlos porque ya era tarde.
“Se gasta un buen al venir porque tenemos que venir un día antes, hospedarnos y pues se gasta dinero. Y ahorita es mi inquietud, mi inconformidad porque estamos aquí hechos todos bola y no ha llegado la doctora, no han atendido a nadie, ni a los de hemodiálisis”, criticó.
“No respetan los horarios”.
Explicó que no pueden cuestionar por qué no son atendidos a tiempo, porque reciben reclamos por parte del personal.
“No les puedes decir nada porque se molestan”, criticó.
“Les dices tú las cosas, o sea, y se molestan, te salen con otra, y al último sales regañado tú pues, se molestan ellos, no tienes derecho tú de decirles ‘sabes qué, estás mal por esto’, hacerles una observación que la puedas hacer tú a ellos”.
Además del problema con la atención de las citas de especialidad, también han tenido dificultades con el abasto del medicamento que necesita su papá, el cual cuesta aproximadamente 2 mil 200 pesos y tiene que ser surtido mensualmente.
“Aquí te ayudan con el medicamento pero realmente nunca hay, pues, esa es la realidad”, lamentó.
HOSPITAL PEDIÁTRICO DE SINALOA
Karen tiene internado a su bebé en el Hospital Pediátrico de Sinaloa, el cual requiere una sonda por la que les suministra alimento mientras está hospitalizado, pero tiene que comprarla ella porque no se la proporcionan en la clínica.
“Y algunas vitaminas que tenemos que comprarle”, comentó.
“Hay medicamentos que no hay, tenemos que comprarlos”.
Su bebé está hospitalizado desde hace una semana por un defecto en el corazón. La sonda vale 125 pesos; a veces tiene que comprar hasta los sueros que deben suministrarle. En ocasiones ha gastado hasta 500 pesos al día para adquirir lo que requiere.
¿No te dicen por qué no hay medicamentos?
No, pero es que también hay muchos niños...
En el camellón frente al nuevo edificio del hospital, Juan hacía guardia. Él también tuvo problema con el abasto de medicamentos para su hija, y tuvo que comprarlos
“A veces que no hay en la farmacia, a veces que no hay en ninguna de las farmacias, tenemos que corretearlo”, narró.
El medicamento que requirió su niña le costó entre dos mil y tres mil pesos, y tuvo que comprarlo hasta tres veces porque no se lo proporcionaron en el hospital.
“Sí nos han ayudado con medicamentos, con comida y todo eso, eso sí, la comida no falta. Aquí los medicamentos, solamente que no hay pues tenemos que ir nosotros, tenemos que comprarlos”, explicó.
En el recorrido realizado por Noroeste en ambos hospitales, también detectó familiares de pacientes que señalaron que no han tenido problemas con el abasto de medicamentos, ni con la atención que le brinda el hospital sanitario a sus pacientes internados.