"Fallece Monseñor Benjamín Jiménez a los 82 años de edad"

"Tras ser hospitalizado por Covid-19 en Hermosillo, Sonora, este día se dio a conocer su deceso derivado de las complicaciones cardiacas y pulmonares que sufrió por el virus"

Tras varios días de permanecer hospitalizado en una clínica de Hermosillo, Sonora, este día la Diócesis de Culiacán dio a conocer el fallecimiento de Monseñor Benjamín Jiménez Hernández, después de haber dado positivo a Covid-19, que le ocasionó serios problemas en su salud.

El 20 de noviembre la Diócesis de Culiacán emitió un comunicado en el que señalaba que la condición del obispo emérito de Culiacán seguía considerándose de gravedad desde que ingresó a la clínica, ya que estaba en terapia intensiva, intubado, con posibles daños pulmonares, y cardiacos, los cuales finalmente ocasionaron su muerte.

Para saber

- Nació el 31 de marzo de 1938 en Pénjamo, Guanajuato.

- Tenía 82 años de edad al momento de su deceso.

- Su Ordenación Sacerdotal fue el 28 de julio de 1963, y su Ordenación Episcopal fue el 29 de junio de 1989.

- Fue ordenado Obispo de la Diócesis de Culiacán el 4 de octubre de 1993.

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- En 2011 Jiménez Hernández, por problemas de salud, se despide como Obispo en Culiacán para dar paso a la llegada de Monseñor Jonás Guerrero Corona, quien hasta hoy en día continúa al frente como Pastor Diocesano en la capital sinaloense.

Sus primeros oficios pastorales los desempeñó como profesor y director espiritual en el Seminario, Confesor de Consagradas, Vicario en Catedral y en los templos de Nuestra Señora de Fátima y Nuestra Señora del Perpetuo Socorro en Culiacán.

En 1968 obtuvo la licenciatura en Teología Espiritual en la Pontificia Universidad Gregoriana en Roma. En 1979 la licenciatura en psicología por la Universidad Jesuita de Guadalajara. Al tiempo como Capellán en el templo de San Francisco de Asís y posteriormente Párroco en Nuestra Señora del Carmen, ambas en Culiacán. Motivó la fundación de algunas instituciones de caridad y asistencia integral, destacándose el Instituto Sinaloense de Asistencia psicoterapéutica, y el Centro de Rehabilitación Misión de Naím.

En 1987 Monseñor Luis Rojas Mena, II Obispo de Culiacán lo nombró miembro del Cabildo Catedralicio,y el 23 de febrero de 1988 se le otorgó el título de Monseñor. Ese mismo día inició su oficio como Vicario General de La Diócesis de Culiacán.

Un año después, el 29 de junio de 1989 fue ordenado Obispo por el Nuncio Apostólico en México, Don Girolamo Prigione y nombrado auxiliar de Culiacán.

Cuatro años después, el 1 de diciembre de 1993 inició su ministerio episcopal como Obispo Diocesano de Culiacán, convirtiéndose en el III Obispo de la iglesia particular a que sirvió y acompañó como pastor por el tiempo de 22 años.

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Con dedicación y perseverancia motivó su labor pastoral el compromiso por ofrecer a la Diócesis un presbiterio mejor formado y preparado. Fue así como instituyó convenios de colaboración con diversas instancias que permitieran la acogida y sostenimiento de seminaristas y presbiterios en Universidades de México y en el extranjero. Así mismo, promovió organismos e instituciones que velaran y ofrecieran seguimiento a la formación y asistencia integral de todos los sacerdotes. Durante su ministerio episcopal ordenó a 129 presbíteros.

 Entre las obras de construcción impulsadas y bendecidas por Monseñor Benjamín, sobresalen las instalaciones del Seminario en su actual ubicación, así como las oficinas del Obispado y el Centro de espiritualidad El Buen Pastor, de igual modo, la remodelación de la Casa Episcopal y otros espacios como el antiguo Hospital del Carmen y la Universidad Católica.

En su gestión pastoral como Obispo se inició la reorganización de Cáritas Diocesana, la creación del Banco de Alimentos y el sorteo anual a favor del seminario.

En marzo de 2011 le fue aceptada la renuncia como pastor diocesano por el Papa Benedicto XVI permaneciendo como Obispo Emérito de Culiacán, por lo que la comunidad diocesana, presbíteros, diáconos permanentes, consagrados y fieles laicos, reconocen con sentido de comunión y gratitud generosa y comprometida labor pastoral del Obispo, quien sirvió a Dios a la iglesia católica presente en este territorio sinaloense por 57 años consecutivos.

 La despedida

Previo a su salida del obispado en Culiacán en 2011, Monseñor Benjamín Jiménez manifestó entonces su agradecimiento de corazón, a todos y a cada uno de sus hermanos, por su amistad y cariño, por su confianza y generosidad, por su cercanía espiritual y su comunión.

“No quiero dejar pasar esta oportunidad para pedir humildemente perdón a quienes, sin jamás yo pretenderlo, hubiere ofendido. Muchos de Ustedes me conocen desde adolescente y saben que lo único que he intentado en mi vida, es servir, como lo expresó en el lema de mi escudo episcopal, “Fidelis Servus”, indicó.

“Dios sabe bien que les llevo en mi mente y en mi corazón de padre y de hermano, y siempre estarán presentes en mis humildes oraciones”, dijo.

De esta manera es como se despedía de la comunidad católica de Culiacán.