|
Accesibilidad

En un mundo de diestros, Jesús sostiene su oboe con la mano izquierda

Las malas experiencias con profesores diestros no detuvieron a Jesús para emprender su camino en la música como oboísta de la Banda Sinfónica Juvenil del Estado

Los retos del día a día pueden ser agobiantes, hasta resultar en la deserción de hobbies y actividades para el crecimiento personal o profesional. Por otro lado, puede ser la motivación necesaria para superarse, como el caso de Jesús Guillermo Lemus Quintero.

El oboísta forma parte del 10 al 15 por ciento de personas zurdas que rodean el planeta, y aún con obstáculos en su camino, trabaja todos los días por hacer lo que le apasiona, a la vez, que se acopla al estilo de vida del 85 por ciento restante.

Al igual que Jesús Guillermo, alrededor del mundo existe una minoría de personas zurdas que están en la constante búsqueda de maneras para adaptarse a una sociedad claramente diestra.

En cambio, fechas como hoy, 13 de agosto, en la que se conmemora el Día Internacional del Zurdo, tienen la finalidad de visibilizar a quienes utilizan preferentemente el lado izquierdo de su cuerpo, así como reconocer los retos a los que se enfrentan día a día.

Los tiempos han cambiado y poco a poco hay mayor inclusión para zocatos; sin embargo, las brechas siguen existiendo, incluso limitándolos a realizar actividades o usar productos destinados para diestros.

El joven músico de 22 años empezó a notar las diferencias al iniciar la educación básica, pues los salones de clases estaban llenos de pupitres para derechos, por lo que Jesús tenía que hacer sus trabajos escolares con su mano hábil en el aire.

“Sí era algo complicado porque la mayoría eran diestros, la neta vi dos mesabancos de zurdos y siempre me los agandallaban, los agarraba un bato y era diestro”, recordó.

Las personas zurdas siguen viviendo bajo la sombra de los diestros, pues al ser una parte mínima de la población mundial, no están tan presentes en la mente de quienes actúan naturalmente como la mayoría.

Tiempo atrás, esta falta de empatía era mayor a la actual, pues generaciones de estudiantes que ahora son padres de familia, hasta abuelos, llegaron a experimentar abusos por no escribir, dibujar, jugar como la sociedad predominante.

“Me pasó que cuando me sentaban con compañeros en parejas y que me tocaba con un diestro, ya sea que me tocara de lado derecho y el del lado izquierdo, pues los codos chocaban y sí era incomodo”, contó Jesús remontándose 14 años atrás.

Por otro lado, habló sobre su proceso de adaptación a los útiles escolares, de los cuales, el uso de algunos puede ser complicado para zurdos. Aunque existen productos específicos para este sector, no son tan accesibles ni fáciles de encontrar.

“Más que tener problema para encontrar productos para zurdos, es tener que adaptarme a productos que ya están destinados para la gente en general, que la mayoría es diestra. Una tiendita de la escuela no te vende tijeras para zurdos, y tendrías que ir a una cadena grande que tenga un buen surtido”, explicó.

“Nos tuvimos que adaptar a la producción en masa para gente diestra porque, quieras o no, es menor parte de la población la que es zurda, entonces no hay tanta variedad de productos hechos en masa baratos, que cualquiera pueda acceder de ellos, específicos para zurdos”.

Al cumplir los 9 años, la curiosidad por la música inundó a Jesús, por lo que convenció a sus padres de llevarlo a clases de guitarra. Hobbie que desertó al poco tiempo.

“Yo no sabía que se podía cambiar la dirección de las cuerdas para zurdo y al parecer mi maestro tampoco sabía, porque me dijo que se tenía que tocar así porque así era como se tocaba. Yo sabía que era zurdo y siento que tiene que ver con que yo desertara la educación en la guitarra”, explicó.

Un año más tarde, un profesor de música le prestó un oboe, instrumento con el que se desenvolvió fácilmente desde un inicio.

Conforme fue creciendo como músico, sus habilidades de interpretación musical mejoraron. El único problema fue aprender a ajustar las cañas, también conocidas como lengüetillas, que sirven para la emisión de sonido del instrumento de viento.

“Como que agarraba el cuchillo con la derecha, le decía yo ‘pero maestro, yo soy zurdo’, entonces tenía que afilar el cuchillo de una manera diferente porque iba a agarrarlo con la otra mano, luego agarraba el cuchillo, se lo cambiaba de mano, hacía un brinquito para acomodarse como que era zurdo y luego como que medio empezaba”, dijo al recordar a su primer maestro de oboe.

“Me explicaba pero la neta, nunca le pude entender bien porque nunca me pudo explicar bien, pero ahí estamos”.

Hoy en día, Jesús Guillermo ha aprendido a trabajar con lo que tiene y acostumbrarse a cómo funciona la sociedad en general; es así cómo se convirtió en uno de los tres oboístas de la Banda Sinfónica Juvenil del Estado del Instituto Sinaloense de Cultura.

Aunque su preferencia por utilizar sus extremidades izquierdas no han sido un limitante que impida su progreso en lo académico, profesional y personal, reconoció que las instituciones educativas deberían tener los recursos para brindar un trato igualitario a los zurdos como diestros.

“Como la mayoría de los estudiantes son derechos, pues que en dirección tengan algunas butacas para que cuando un morro sea zurdo, lo pueda solicitar”, recomendó.

“Si quiere ayudar en ese tema podrían haber algunos ejercicios especiales para zurdos porque a veces no se entiende, no siento que como un trato especial pero que tengan la posibilidad de acceder”.