Una serie de eventos han formado la tormenta perfecta en el mercado de fertilizantes y están empujado sus precios a los niveles más altos desde la crisis financiera en 2008, lo que de acuerdo a bloomberg podría tener importantes repercusiones en las cosechas y posteriormente reflejarse en el encarecimiento de los alimentos.
Si bien, los productores de maíz y soya, tato en México como en Estados Unidos han tenido que sortear los constantes incrementos en sus costos, este año una de las principales amenazas es el de los fertilizantes químicos que se ha visto afectados por el clima extremo, el cierre de plantas e incluso sanciones gubernamentales, lo que ya está causando estragos en los agricultores.
A nivel mundial, los precios de los tres grupos de nutrientes (potasio, fosfato y nitrógeno) se encuentran en niveles que no se habían visto en aproximadamente una década, explica bloomberg, y esto se debe a diferentes eventos como las contaste tormentas a finales del verano y el huracán Ida que azotó la costa del Golfo de Estados Unidos, e impidió la entrada y salida de productos, y obligó al cierre temporal de importantes plantas de la región, incluido el complejo de nitrógeno más grande del mundo, propiedad de CF Industries Holdings Inc.
Asimismo, esta compañía detuvo las operaciones en dos plantas en Reino Unido por el repunte récord del gas natural, la principal materia prima para la elaboración de fertilizantes nitrogenados a nivel mundial. También la semana pasada, Yara International ASA comentó que los altos precios del gas natural la obligarán a reducir alrededor de 40% de su capacidad de producción europea de amoníaco, que se utiliza para fabricar fertilizantes.
En temas políticos, a principios de año Estados Unidos y Europa impusieron sanciones a la empresa Belaruskali OAO, uno de los jugadores importantes en la producción de potasio y la empresa estatal más grande de Bielorrusia, por el arresto de un periodista en un vuelo de Ryanair en mayo.
China, el primer exportador de fosfato, también detuvo las exportaciones de fertilizantes de urea y fosfato diamónico desde el verano para alimentar la demanda interna ante el aumento de los costes energéticos y los precios del maíz.
Y en Canadá, el mayor productor de potasio de dicho país, Nutrien Ltd, agotó sus existencias en América del Norte al menos hasta el tercer trimestre, y comentó que las existencias mundiales de potasio serán escasas para el resto del año, según Ken Seitz, vicepresidente ejecutivo de la empresa.
Junto a esto, las compañías logísticas encargadas de transportar los fertilizantes, tienen problemas para encontrar mano de obra, lo que ha traído como consecuencia aumento en los costos.
Bill Stringfellow, quien co-dirige una pequeña operación llamada Quest Products que ayuda a traer nuevos productos al mercado, incluyendo pesticidas y fertilizantes, señalo a bloomberg que el flete representa ahora aproximadamente un 15% del costo de un producto para su negocio, y lo calificó de “una pesadilla absoluta”.
de fertilizantes
Tanto para el valle de Culiacán, como para el país vecino, el fertilizante representa alrededor del 20% de los costos de producción del maíz, como señala Maxwell, analista de Green Markets en la publicación de bloomberg y de acuerdo con datos de una encuesta de la Asociación de Agricultores del Rio Culiacán (AARC), lo que quiere decir que cualquier variación de precio en el insumo puede repercutir de manera considerable en el bolsillo del productor.
Tan solo en Culiacán, el costo del amoniaco ha tenido un alza de cerca del 79%, ya que en septiembre del 2020 su cotización se ubicaba en los 9,800 pesos por tonelada, mientras que este mes se colocó a niveles de hasta 17,500 pesos por tonelada. Asimismo, el costo de los fertilizantes granulados presenta aumentos que van desde 35% hasta el 77% en comparación al año pasado.
Entonces considerando una expansión del 79% en el gasto de fertilizante por hectárea en la producción de maíz, dejando fuera los otros incrementos tanto de semillas como de combustibles, estaríamos hablando de que el costo por hectárea en el valle de Culiacán crecería en un 14%, lo que equivaldría a cerca de 4,400 pesos menos por hectárea que dejarían de ganar los productores.
Ya sea que los productores decidan utilizar menos fertilizantes, lo que pudiera disminuir la producción de alimentos, o cambiar a cultivo con una menor demanda del insumo, o por la simple alza de los costos, pudiera encarecer el valor de los productos como el maíz, lo que a su vez traería incrementos importantes en otros alimentos como la carne, la leche, los huevos, el pollo, refrescos, jugos, entre otros.
Redacción: Miguel Ángel Delgado, Analista Económico de la AARC
Fuente: Bloomberg, AARC, Succesful Farming
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