"El PAN perdió su alma, ¿es posible recuperarla? Esto dice el hijo de Carlos Castillo Peraza"
El Partido Acción Nacional perdió el poder porque se quedó “sin alma”, que era la democracia, la reflexión y el debate internos, concluyó Carlos Castillo López.
Hijo de Carlos Castillo Peraza, ex líder nacional del PAN y uno de sus ideólogos, el joven filósofo reflexionó con la militancia sobre el presente y futuro de esta fuerza política.
Ello tras la que se considera la peor derrota en la historia moderna del partido que gobernó al país por 12 años, en los sexenios de Vicente Fox y Felipe Calderón.
Ante más de un centenar de panistas impartió la conferencia magistral “México 2018: ¿Qué pasó? ¿Dónde estamos? ¿A dónde vamos?”, organizada por el Comité Municipal y la Fundación Rafael Preciado.
Ahí, Castillo López evocó cómo creció entre un panismo que no callaba ante los abusos del PRI, crítico, combativo, y que ponía en el centro el respeto a la dignidad de las personas.
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Y del cual, aseveró, ya poco queda.
La debacle en los comicios del 1 de julio, consideró, fue resultado de la pérdida de la democracia interna y de los espacios para el debate, el olvido a las personas, y de los valores y principios democráticos.
“Nos olvidamos de las personas, de los principios, los valores, de la dignidad humana”, lamentó.
El PAN, agregó, dejó de debatir internamente para dar paso a los votos unánimes, que son una señal terrible en una democracia.
A ello se suma que el partido se fue cerrando a la sociedad, cuando fue precisamente ésta la que nutrió sus primeras victorias a partir de los años 80.
Ya en el ejercicio del poder, resaltó, el PAN dejó de diferenciarse respecto al PRI y de otras opciones partidistas, porque perdió autoridad y liderazgo moral.
“Perdimos la identidad, lo que nos hacía diferentes”, expuso.
Este desgaste, agregó, cobró factura en la última elección presidencial, encabezada por Ricardo Anaya, a la cual se salió a competir “de capa caída”.
“Nos ganó la ambición por el poder, cuando antes se debatía, se reflexionaba, se elegía al interior. Perdimos el alma, esa era el alma del PAN, si no hay democracia no hay PAN”, manifestó.
Castillo López ponderó que uno de los legados y aportaciones del PAN al país fue precisamente la democratización del sistema político en México, de la cual hoy se adolece al interior.
Incluso reveló que él mismo fue rasurado del padrón, lo cual le impide participar en la elección del próximo dirigente nacional.
Recordó que si su padre, Carlos Castillo Pereza, se alzó en triunfos internos fue porque precisamente apeló a “un PAN con alma”.
Castillo López llamó a los panistas a reencontrarse con su origen, para posteriormente salir de nuevo a buscar la confianza de la sociedad.
El momento actual de México, expuso, necesita un PAN fuerte, unido, que haga frente al proyecto que encabeza Andrés Manuel López Obrador, que representa la antítesis de muchas de las luchas que emprendieron los panistas.
Entre éstas la concentración del poder en un solo hombre, el centralismo, la falta de división de poderes, la intolerancia a la crítica, entre otras.
Invitó a la militancia a trabajar en cuatro líneas, para volver a conquistar la confianza del electorado, la cual no será una tarea fácil, admitió.
La primera tiene que ver con la defensa de las libertades de las personas; la segunda con la pluralidad en la vida pública, la tercera con volver a abanderar las luchas de la sociedad civil, y la cuarta, con la globalización.
Hace mucho tiempo, agregó, el PAN no era minoría, por lo que ahora requiere de aliados y éstos sólo podrá encontrarlos en la sociedad civil.
La ruta, consideró, no es refundar ni reestructurar o relanzar al partido, sino reencontrarse primero consigo mismo, con la gente relegada y con las personas a las que se les atropelló su dignidad.
Luego llamó a reflexionar sobre qué futuro quieren para el partido, en la próxima renovación de la dirigencia nacional.