El Impacto de Desastres en la Agricultura y Seguridad Alimentaria
De acuerdo con el reporte de la FAO llamado “El Impacto de Desastres en la Agricultura y Seguridad Alimentaria: Evitar y Reducir Pérdidas a través de la Inversión en Resiliencia”. Los desastres naturales están causando niveles de destrucción sin precedentes en todo el mundo, lo que exige nuevos enfoques para reducir el riesgo, fortalecer las capacidades de respuesta y crear capacidades de resiliencia.
El año 2023 ha batido todos los récords existentes de temperaturas más altas registradas en nuestro planeta que se calienta y episodios de inundaciones extremas, tormentas, sequías, incendios forestales y plagas y los brotes de enfermedades se están convirtiendo en temas cotidianos en los titulares mundiales. A medida que se desarrollan los efectos de la crisis climática, la frecuencia y la intensidad de los desastres relacionados con el clima también están aumentando, causando un alto costo a las comunidades y los medios de vida en todo el mundo. La agricultura es uno de los sectores más expuestos y vulnerables en el contexto del riesgo de desastres, dada su profunda dependencia de los recursos naturales y las condiciones climáticas. Los desastres recurrentes tienen el potencial de erosionar los avances en la seguridad alimentaria y socavar la sostenibilidad de los sistemas agroalimentarios.
Definido como perturbaciones graves en el funcionamiento de una comunidad o sociedad, los desastres están produciendo niveles sin precedentes de daños y pérdidas en la agricultura en todo el mundo. Su creciente gravedad y frecuencia, de 100 por año en la década de 1970 a alrededor de 400 eventos por año en los últimos 20 años, afectan a los sistemas agroalimentarios en múltiples dimensiones, comprometiendo la seguridad alimentaria y socavando la sostenibilidad del sector agrícola.
Los datos existentes para describir el impacto de los desastres en la agricultura y la agroalimentación son parciales e inconsistentes, especialmente en la pesca, la acuicultura y subsectores forestales. Existe una necesidad urgente de mejorar los datos. Herramientas y sistemas de recopilación para respaldar políticas y prácticas basadas en evidencia, así como las soluciones para la reducción de riesgos y el desarrollo de resiliencia en la agricultura. A pesar de estas limitaciones, este nuevo informe presenta por primera vez estimados a nivel mundial del impacto de los desastres en la agricultura.
En los últimos 30 años, se estima que 3,800 billones de dólares en cultivos y la producción ganadera se ha perdido debido a eventos de desastre, correspondientes a una pérdida promedio de 123 mil millones de dólares al año, o el 5 por ciento del PIB agrícola mundial. En términos relativos, el importe total de las pérdidas en 30 años es aproximadamente equivalente al PIB de Brasil en 2022.
Particularmente preocupante es que los desastres causaron las mayores pérdidas relativas en países de ingresos bajos y medio bajos, en donde el PIB agrícola oscilan entre 10 y 15 por ciento de su PIB total. Los desastres también tuvieron un impacto significativo en los Pequeños Estados Insulares en Desarrollo (PEID), provocando pérdidas de casi el 7 por ciento de su PIB agrícola.
Comprender los riesgos interconectados y sistémicos y los riesgos los factores que impulsan el riesgo de desastres son esenciales para construir sistemas agroalimentarios resilientes. El cambio climático, las pandemias, las epidemias y los conflictos armados están afectando la producción agrícola, las cadenas de valor y la seguridad alimentaria. Por lo tanto, ganando una mejor comprensión de sus interacciones es esencial para desarrollar una visión integral del panorama de riesgos actual.
La investigación destinada a descifrar el impacto del cambio climático en la agricultura indica que es probable que el cambio climático conduzca a una mayor frecuencia en las anomalías en los rendimientos y una disminución de la producción agrícola. Las crisis globales como la pandemia de Covid-19 y los conflictos armados en curso han afectó a la producción agrícola y a los mercados de insumos y productos, lo que tiene efectos negativos en el sistema agroalimentario más amplio y en su conjunto para la seguridad alimentaria.
Las intervenciones proactivas y oportunas pueden generar resiliencia al prevenir y reducir los riesgos en la agricultura. La información disponible indica que hay beneficios cuantificables de invertir en buenas prácticas de para la reducción del riesgo de desastres a nivel agrícola. Las acciones de reducción de riesgos emprendidas en varios países mediante sistemas alerta temprana, como por ejemplo el control preventivo combinado contra la langosta del desierto que brotó en el Cuerno de África durante 2020-2021, demostró tener una relación beneficio-costo favorable a la inversión en prevención de desastres y resiliencia.
Como conclusión menciona el reporte la necesidad de mejorar los datos y la información sobre los impactos de los desastres en la agricultura, como primer tema clave. Se debe invertir en mejoras al seguimiento, generación de informes y recopilación de datos, para desarrollar capacidades nacionales para comprender y reducir los riesgos de desastres en la agricultura y sistemas agroalimentarios más amplios.
Una segunda conclusión clave de este informe es la necesidad de desarrollar e incorporar políticas multisectoriales y reducción del riesgo de desastres con un enfoque múltiples amenazas en las políticas y la toma de decisiones. Los impactos de los desastres se ven agravados por múltiples impulsores y crisis superpuestas que producen efectos en cascada y compuestos y empeorar la exposición y vulnerabilidad de las personas, ecosistemas y economías.
La tercera conclusión principal del informe es la necesidad de inversiones en resiliencia que proporcione beneficios en la reducción del riesgo de desastres en sistemas agroalimentarios y mejorar la producción agricultura y los medios de vida. Las buenas prácticas reducen los riesgos de desastres. Pero también muestran importantes beneficios adicionales. Esto exige medidas urgentes para fomentar la adopción de las innovaciones disponibles, promoviendo la generación de riesgo más escalable soluciones de gestión y mejora temprana
Es necesaria una acción urgente para priorizar la integración de iniciativas multisectoriales y estrategias de reducción del riesgo de desastres multirriesgo en las políticas y programas agrícolas. Esto se puede lograr mejorando la evidencia disponible, fomentando la adopción de innovaciones disponibles, facilitar la creación de soluciones de gestión de riesgos a nivel de las parcelas que sean más escalables y el fortalecimiento sistemas de alerta temprana que conduzcan a acciones anticipatorias.
Fuente: https://www.fao.org/documents/card/en/c/cc7900en